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viernes, 31 de agosto de 2012

DE DIOSES Y DE HOMBRES


Cuando un A-Dios se vislumbra…

(Christian de Chergé, abad del Monasterio de Tibhirine, Argelia. 1995)

Si me sucediera un día -y ese día podría ser hoy- ser víctima del terrorismo que parece querer abarcar en este momento a todos los extranjeros que viven en Argelia, yo quisiera que mi comunidad, mi Iglesia, mi familia, recuerden que mi vida estaba ENTREGADA a Dios y a este país.

Que ellos acepten que el Único Maestro de toda vida no podría permanecer  ajeno a esta partida brutal. Que recen por mí.

¿Cómo podría yo ser hallado digno de tal ofrenda?

Que sepan asociar esta muerte a tantas otras tan violentas
y abandonadas en la indiferencia del anonimato. Mi vida no tiene más valor que otra vida.  Tampoco tiene menos. En todo caso, no tiene la inocencia de la infancia.

He vivido bastante como para saberme cómplice del mal que parece, desgraciadamente, prevalecer en el mundo, inclusive del que podría golpearme ciegamente. Desearía, llegado el momento, tener ese instante de lucidez que me permita pedir el perdón de Dios y el de mis hermanos los hombres, y perdonar, al mismo tiempo, de todo corazón, a quien me hubiera herido.

Yo no podría desear una muerte semejante. Me parece importante proclamarlo. En efecto, no veo cómo podría alegrarme que este pueblo al que yo amo sea acusado, sin distinción, de mi asesinato.

Sería pagar muy caro lo que se llamará, quizás, la “gracia del martirio” debérsela a un argelino, quienquiera que sea, sobre todo si él dice actuar en fidelidad a lo que él cree ser el Islam. Conozco el desprecio con que se ha podido rodear a los argelinos tomados globalmente.

Conozco también las caricaturas del Islam fomentadas por un cierto islamismo. Es demasiado fácil creerse con la conciencia tranquila identificando este camino religioso con los integrismos de sus extremistas.

Argelia y el Islam, para mí son otra cosa, es un cuerpo y un alma. Lo he proclamado bastante, creo, conociendo bien todo lo que de ellos he recibido, encontrando muy a menudo en ellos el hilo conductor del Evangelio que aprendí sobre las rodillas de mi madre, mi primerísima Iglesia, precisamente en Argelia y, ya desde entonces, en el respeto de los creyentes musulmanes.

Mi muerte, evidentemente, parecerá dar la razón a los que me han tratado, a la ligera, de ingenuo o de idealista: “¡qué diga ahora lo que piensa de esto!” Pero estos tienen que saber que por fin será liberada mi más punzante curiosidad. Entonces podré, si Dios así lo quiere, hundir mi mirada en la del Padre para contemplar con El a Sus hijos del Islam tal como El los ve, enteramente iluminados por la gloria de Cristo, frutos de Su Pasión, inundados por el Don del Espíritu, cuyo gozo secreto será siempre, el de establecer la comunión y restablecer la semejanza, jugando con las diferencias.

Por esta vida perdida, totalmente mía y totalmente de ellos, doy gracias a Dios que parece haberla querido enteramente para este GOZO, contra y a pesar de todo. En este GRACIAS en el que está todo dicho, de ahora en más, sobre mi vida, yo os incluyo, por supuesto, amigos de ayer y de hoy, y a vosotros, amigos de aquí, junto a mi madre y mi padre, mis hermanas y hermanos y los suyos,
¡el céntuplo concedido, como fue prometido!

Y a ti también, amigo del último instante, que no habrás sabido lo que hacías. Sí, para ti también quiero este GRACIAS, y este “A-DIOS” en cuyo rostro te contemplo. Y que nos sea concedido rencontrarnos como ladrones felices en el paraíso, si así lo quiere Dios, Padre nuestro, tuyo y mío.

¡AMEN! INSHALLAH!

ENCICLICA "DEUS CHARITAS EST"

















DEUS CARITAS EST
Carta Encíclica del Sumo Pontífice Benedicto XVI
sobre el amor cristiano
25 de diciembre de 2005


 
I N D I C E
 Introducción [1]           


PRIMERA PARTE



LA UNIDAD DEL AMOR EN LA CREACIÓN Y EN LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN
Un problema de lenguaje [2]    
«Eros» y «agapé», diferencia y unidad [3-8]    
La novedad de la fe bíblica [9-11]    
Jesucristo, el amor de Dios encarnado [12-15]    
Amor a Dios y amor al prójimo [16-18]  

SEGUNDA PARTE


CARITAS, EL EJERCICIO DEL AMOR POR PARTE DE LA IGLESIA 

COMO «COMUNIDAD DE AMOR»



La caridad de la Iglesia como manifestación del amor trinitario [19]  
La caridad como tarea de la Iglesia [20-25]  
Justicia y caridad [26-29]  
Las múltiples estructuras de servicio caritativo en el contexto social actual [30]  
El perfil específico de la actividad caritativa de la Iglesia [31]  
Los responsables de la acción caritativa de la Iglesia [32-39]   
Conclusión [40-42]   



INTRODUCCIÓN

1. «Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él» (1 Jn 4, 16). Estas palabras de la Primera carta de Juan expresan con claridad meridiana el corazón de la fe cristiana: la imagen cristiana de Dios y también la consiguiente imagen del hombre y de su camino. Además, en este mismo versículo, Juan nos ofrece, por así decir, una formulación sintética de la existencia cristiana: «Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él».

Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva. En su Evangelio, Juan había expresado este acontecimiento con las siguientes palabras: «Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que todos los que creen en él tengan vida eterna» (cf. 3, 16). La fe cristiana, poniendo el amor en el centro, ha asumido lo que era el núcleo de la fe de Israel, dándole al mismo tiempo una nueva profundidad y amplitud. En efecto, el israelita creyente reza cada día con las palabras del Libro del Deuteronomio que, como bien sabe, compendian el núcleo de su existencia: «Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es solamente uno. Amarás al Señor con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas» (6, 4-5). Jesús, haciendo de ambos un único precepto, ha unido este mandamiento del amor a Dios con el del amor al prójimo, contenido en el Libro del Levítico: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (19, 18; cf. Mc 12, 29- 31). Y, puesto que es Dios quien nos ha amado primero (cf. 1 Jn 4, 10), ahora el amor ya no es sólo un «mandamiento», sino la respuesta al don del amor, con el cual viene a nuestro encuentro.

En un mundo en el cual a veces se relaciona el nombre de Dios con la venganza o incluso con la obligación del odio y la violencia, éste es un mensaje de gran actualidad y con un significado muy concreto. Por eso, en mi primera Encíclica deseo hablar del amor, del cual Dios nos colma, y que nosotros debemos comunicar a los demás. Quedan así delineadas las dos grandes partes de esta Carta, íntimamente relacionadas entre sí. La primera tendrá un carácter más especulativo, puesto que en ella quisiera precisar —al comienzo de mi pontificado— algunos puntos esenciales sobre el amor que Dios, de manera misteriosa y gratuita, ofrece al hombre y, a la vez, la relación intrínseca de dicho amor con la realidad del amor humano. La segunda parte tendrá una índole más concreta, pues tratará de cómo cumplir de manera eclesial el mandamiento del amor al prójimo. El argumento es sumamente amplio; sin embargo, el propósito de la Encíclica no es ofrecer un tratado exhaustivo. Mi deseo es insistir sobre algunos elementos fundamentales, para suscitar en el mundo un renovado dinamismo de compromiso en la respuesta humana al amor divino.


RINCONES DE LA BELLA ITALIA























 

martes, 28 de agosto de 2012

CARTA A MARÍA



   (A. Pérez-Reverte)  

Tienes catorce años y preguntas cosas para las que no tengo respuesta. Entre otras razo­nes, porque nunca hay respuestas para todo. Y además, he pasado la vida echando la pota mientras oía a demasiados apóstoles de vía es­trecha, visionarios y sinvergüenzas que decían te­ner la verdad sentada en el hombro. Yo sólo pue­do escribirte que no hay varitas mágicas, ni ábre­te sésamos. Esos son cuentos chinos. De lo que sí estoy seguro es de que no hay mejor vacuna que el conocimiento. Me refiero a la cultura, en el sentido amplio y generoso del término: no solu­ciona casi nada, pero ayuda a comprender, a asumir, sin caer en el embrutecimiento, o en la re­signación. Con ello quiero sugerirte que leas, que viajes, y que mires.
Fíjate bien. Eres el último eslabón de una cadena maravillosa que tiene diez mil años de his­toria; de una cultura originalmente mediterránea que arranca de la Biblia, Egipto y la Grecia clásica, que luego se hace romana y fertiliza al occidente que hoy llamamos Europa. Una cultura que se mezcla con otras a medida que se extiende, que se impregna de Islam hasta florecer en la latinidad cristiana medieval y el Renacimiento, y luego via­ja a América en naves españolas para retornar en­riquecida por ese nuevo y vigoroso mestizaje, antes de volverse Ilustración, o fiesta de tas ideas, y ochocentismo de revoluciones y esperanzas. O sea, que no naciste ayer.
Para conocerte, para comprender, lee al menos lo básico. Estudia la Mitología, y también a Ho­mero, y a Virgilio, y las historias del mundo anti­guo que sentó las bases políticas e intelectuales de éste. Conoce al menos el alfabeto griego y un vo­cabulario básico. Estudia latín si puedes, aunque sólo sea un año o dos, para tener la base, la ma­dre, del universo en que te mueves. Da igual que te gusten las ciencias: ten presente -como siem­pre recuerda Pepe Perona, mi amigo el maestro de Gramática-, que Newton escribió en latín sus Principia Mathematica, y que hasta Descartes to­da la ciencia europea se escribió en esa lengua. Debes hablar inglés y francés por lo menos, chapurrear un poco de italiano, y que el estudio del gallego, del euskera, del catalán, que tal vez sean tus hermosas y necesarias lenguas maternas, no te impida nunca dominar a la perfección ese eficaz y bellísimo instrumento al que aquí llámanos cas­tellano y en todo el mundo, América incluida, conocen como español. Para ello, lee como mínimo a Quevedo y a Cervantes, échale un vistazo al teatro y la poesía del siglo de Oro, conoce a Moratín, que era madrileño, a Galdos, que era cana­rio, a Valle-lnclán, que era gallego, a Pío Baroja, que era vasco. Rastrea sus textos y encontrarás etimologías, aportaciones de todas las lenguas es­pañolas además de las clásicas y semíticas. Con al­gunos de ellos también aprenderás fácilmente Historia, y eso te llevará a Polibio, Herodoto, Suetonio, Tácito, Muntaner, Moneada, Bernal Díaz del Castillo, Gibbon, Menendez Pidal, Elliot, Fer­nández Álvarez, Kamen y a tantos otros. Pontos a todos en buena compañía con Dante, Shakespeare, Voltaire, Dickens, Stendhal, Dostoievski, Tolstoi, Melville, Mann. No olvides el Nuevo Testamento, y recuerda que en el principio fue la Biblia, y que toda la historia de la Filosofía no es, en cierto mo­do, sino notas a pie de página a las obras de Platón y Aristóteles.
Viaja, y hazlo con esos libros en la intención, en la memoria y en la mochila. Verás qué pocos fanatismos e ignorancias de pueblo y cabra de campanario sobreviven a una visita paciente a El Escorial, a una mañana en el museo del Prado, a un paseo por los barrios viejos de Sevilla, a una cerveza bajo el acueducto de Segovia. Llégate a la Costa de la Muerte y mira morir el sol como lo veían los antiguos celtas del Finis Terrae. Tapea en el casco viejo de San Sebastián mientras consi­deras la posibilidad de que parte del castellano pudo nacer del intento vasco por hablar latín. Observa desde las ruinas romanas de Tarragona el mar por el que vinieron las legiones y los dioses, intuye en Extremadura por qué sus hombres se fueron a conquistar América, sigue al Cid desde la catedral de Burgos a las murallas de Valencia, a los moriscos y sefardíes en su triste y dilatado exilio. En Granada, Córdoba, Melilla, convéncete de que el moro de la patera nunca será extranjero para ti. Y sitúa todo eso en un marco general, que también es tuyo, visitando el Coliseo de Roma, la catedral de Estrasburgo, Lisboa, el Vaticano, el monte San Michel. Tómate un café en Viena y en París, mira los museos de Londres, descubre una etimología almogávar en el bazar de Estambul o una palabra hispana en un restaurante de Nueva York, lee a Borges en la Recoleta de Buenos Aires, sube a las pirámides de Egipto y a las mejicanas de Teotihuacán. Si haces todo eso -o al menos sueñas con hacerlo-, conocerás la única patria que de verdad vale la pena.
Arturo Pérez-Reverte
(Patente de Corso, El Semanal, 19 de noviembre de 2000)

SAN FRANCISCO JAVIER EN YAMAGUCHI: Carta a los universitarios de París

San Francisco Javier en Yamaguchi



           
"Muchos cristianos se dejan de hacer en estas partes, por no haber personas que en tan pías y santas cosas se ocupen. Muchas veces me mueve pensamientos de ir a los estudios de esas partes, dando voces, como hombre que tiene perdido el juicio, y principalmente a la universidad de París, diciendo en Sorbona a los que tienen más letras que voluntad, para disponerse a fructificar con ellas: ¡cuántas ánimas dejan de ir a la gloria y van al infierno por la negligencia de ellos!


            Y así como van estudiando en letras, si estudiasen en la cuenta que Dios nuestro Señor les demandará de ellas, y del talento que les tiene dado, muchos de ellos se moverían, tomando medios y ejercicios espirituales para conocer y sentir dentro en sus ánimas la voluntad divina, conformándose más con ella que con sus propias afecciones, diciendo: "Señor, aquí estoy, ¿qué quieres que yo haga? Envíame adonde quieras; y si conviene, aun a los indios".



            ¡Cuánto más consolados vivirían, y con gran esperanza de la misericordia divina a la hora de la muerte, cuando entrarían en el particular juicio, del cual ninguno puede escapar, alegando por sí: "Señor, cinco talentos me entregaste, he aquí cinco más que he ganado con ellos"! Témome que muchos de los que estudian en universidades, estudian más para con las letras alcanzar dignidades, beneficios, obispados, que con deseo de conformarse con la necesidad que las dignidades y estados eclesiásticos requieren.



            Está en costumbre decir los que estudian: deseo saber letras para alcanzar algún beneficio, o dignidad eclesiástica con ellas, y después con la tal dignidad servir a Dios. De manera que según sus desordenadas afecciones hacen sus elecciones, temiéndose que Dios no quiera lo que ellos quieren, no consintiendo las desordenadas afecciones dejar en la voluntad de Dios nuestro Señor esta elección. Estuve casi movido de escribir a la universidad de París, a lo menos a nuestro Maestre de Cornibus y al doctor Picardo, cuántos mil millares de gentiles se harían cristianos, si hubiese operarios, para que fuesen solícitos de buscar y favorecer las personas que no buscan sus propios intereses, sino los de Jesucristo."


Firmas de Francisco de Javier




EL LIBRETÍN DEL ABUELO

 

ALTAS Y BAJAS DEL MATRIMONIO
MIGUEL VELASCO Y Mª JOSEFA FERNÁNDEZ
  
Miguel Velasco y Pepita Fernández se casaron en la parroquia de S. Isidoro de Oviedo, el día 18 de julio de 1910, a las seis de la mañana; de dicho matrimonio hubo los siguientes


HIJOS

Mª Josefa Escolástica nació el día 18 de junio de 1911, a las 3 de la madrugada.
Mª Margarita nació el día 27 de mayo de 1912, a la 1 de la madrugada.
Mª de los Angeles Eugenia nació el día 15 de noviembre de 1913, a las 7 de la mañana.
Angel Manuel nació el día 1 de enero de 1915, a las 3 de la madrugada.
Mª Josefa Escolástica nació el día 22 de febrero de 1916, a la 1:30 de la madrugada.
Mª Margarita Honorina nació el día 17 de mayo de 1918, a las 3:30 de la madrugada.
Miguel Oscar Blas nació el día 3 de febrero de 1920, a las 9 de la noche.
José Luis Félix nació el día 20 de noviembre de 1923, a las 7 de la tarde.
Mª Blanca Esther Juliana nació el día 9 de enero de 1925, a las 7:30 de la mañana.
Mª de la Soledad Rita nació el día 23 de mayo de 1930, a las 2 de la madrugada.


DEFUNCIONES

Mª Josefa Escolástica murió de meningitis, el día 21 de marzo de 1913, a las 12 de la mañana.
Mª Margarita murió de bronconeumonía, el día 25 de agosto de 1913, a las 3 de la tarde.
Mª Margarita Honorina falleció de colerín infantil, el día 27 de septiembre de 1918, a las 9 de la noche.
Angel Manuel falleció de accidente de tráfico, el día 27 de agosto de 1962.

lunes, 27 de agosto de 2012

BIBLIOGRAFIA P. ARRUPE

Carta del Padre Arrupe. Alfonso Carlos Comín Ros
ISBN 84-280-0100-6.Año 1968
NOVA TERRA S.A.

Mision y desarrollo.Pedro Arrupe Gondra.ISBN 84-285-0198-X.Año 1969EDICIONES SAN PABLO


Ante un mundo en cambio.Pedro Arrupe Gondra.ISBN 84-7220-079-5.Año 1972HECHOS Y DICHOS


Compromiso social.Pedro Arrupe Gondra.ISBN 84-213-0124-1.Año 1972APOSTOLADO DE LA PRENSA S.A.


Escala en España.Pedro Arrupe Gondra.ISBN 84-400-0154-1.Año 1972AUTOR-EDITOR de la propia obra


Nuestra vida consagrada.Pedro Arrupe Gondra.ISBN 84-7220-080-9.Año 1972HECHOS Y DICHOS


El testimonio de la justicia.Pedro Arrupe Gondra.ISBN 84-288-0183-5.Año 1973PROMOCION POPULAR CRISTIANA


Hambre de paz y Evangelio.Pedro Arrupe Gondra.ISBN 84-293-0508-4.Año 1978EDITORIAL SAL TERRAE


La vida religiosa ante un reto historico.Pedro Arrupe Gondra.ISBN 84-293-0507-6.Año 1978EDITORIAL SAL TERRAE


Experiencia de Dios y compromiso temporal de los religiosos.Pedro Arrupe Gondra.ISBN 84-85167-25-2.Año 1978PUBLICACIONES CLARETIANAS


La identidad del jesuita en nuestros tiempos.Pedro Arrupe Gondra.ISBN 84-293-0583-1.Año 1981EDITORIAL SAL TERRAE


La iglesia de hoy y del futuro.Pedro Arrupe Gondra.ISBN 84-271-1276-9.Año 1982EDICIONES MENSAJEROEn El solo la esperanza.Pedro Arrupe Gondra.ISBN 84-271-1345-5.Año 1983EDICIONES MENSAJERO


Hombres para los demas.Pedro Arrupe Gondra.ISBN 84-85205-64-2.Año 1983EDITORIAL DIAFORA


Pedro Arrupe.M. AlcalaISBN 84-293-0735-4.Año 1986EDITORIAL SAL TERRAE


Pedro Arrupe. Testigo creible de la justicia.Eduardo Martin Clemens.ISBN 84-285-1283-3.Año 1989EDICIONES PAULINAS


Este Japon increible.....memorias del Padre Arrupe.Pedro Arrupe Gondra.ISBN 84-271-1691-8.Año 1991EDICIONES MENSAJERO


El Padre Arrupe en Japon.Fernando Garcia Gutierrez.ISBN 84-86080-91-6.Año 1992EDICIONES GUADALQUIVIR


Arrupe.Pedro Miguel Lamet.ISBN 84-7880-419-6.Año 1994TEMAS DE HOY


Arrupe.Miguel Berzosa Martinez.ISBN 84-271-2026-5.Año 1996EDICIONES MENSAJERO


El Padre Arrupe.Profeta en la Iglesia del Concilio.Jean-Yves Calvez.ISBN 84-271-2146-6.Año 1998EDICIONES MENSAJERO


La renuncia de Pedro Arrupe al Generalato a la luz de la psicologia.Jesus San Miguel Egiluz.ISBN 84-86268-33-8.Año 1998EDITORIAL PAX ARGITALETXEA



SOBRE LA INTOLERANCIA

 Benedicto XVI, Luz del mundo, pág. 65

Es por completo evidente que se está extendiendo una nueva intolerancia. Hay parámetros acostumbrados del pensamiento que se quieren imponer a todos. Así, pues, se los anuncia en la llamada “tolerancia negativa”, por ejemplo, cuando se dice que, en virtud de la tolerancia negativa, no debe haber cruz alguna en los edificios públicos. En el fondo, lo que experimentamos con eso es la supresión de la tolerancia, pues significa que la religión, que la fe cristiana, no puede manifestarse más de forma visible.

Por ejemplo, cuando en nombre de la no discriminación se quiere obligar a la Iglesia católica a modificar su postura frente a la homosexualidad o a la ordenación de mujeres, quiere decir que ella no debe vivir más su propia identidad y que, en lugar de ello, se hace de una abstracta religión negativa un parámetro tiránico al que todo el mundo tiene que adherir. Ésta es, aparentemente, la  libertad,   ya por el solo hecho de ser la liberación de lo que ha regido hasta el presente.

En realidad, sin embargo, este desarrollo conduce cada vez más  a la reivindicación intolerante de una nueva religión que aduce tener una vigencia universal porque es racional, más aún, porque es la razón en sí misma, que lo sabe todo y que, por eso mismo, señala también el ámbito que a partir de ahora debe hacerse normativo para todos.

El hecho de que en nombre de la tolerancia se elimine la tolerancia es una verdadera amenaza ante la cual nos encontramos. El peligro consiste en que la razón –la llamada razón occidental- afirma que ella ha reconocido realmente lo correcto y, con ello, reivindica una totalidad que es enemiga de la libertad. Creo que hemos de presentar con mucho énfasis ese peligro. A nadie se le obliga a ser cristiano. Pero nadie debe ser obligado a vivir la “nueva religión” como la única determinante y obligatoria para toda la humanidad.

EL DISCURSO DE GRADUACIÓN DE STEVE JOBS



El discuso de graduación que Steve Jobs impartió el 12 de junio de 2005 en la Universidad de Stanford está considerado como ejemplo de oratoria, por su estilo pero sobre todo por la carga emocional de su contenido, lleno de humildad, nada que ver con la pomposa presentación a la que recurría en el lanzamiento de cada uno de sus productos tecnológicos. En él habló de la muerte, tras haber sido diagnosticado un año antes con una rara forma de cáncer de páncreas.

 "Me siento honrado de estar con vosotros hoy en esta ceremonia de graduación en una de las mejores universidades del mundo. Yo nunca me licencié. La verdad, esto es lo más cerca que he estado de una graduación universitaria. Hoy deseo contaros tres historias de mi vida. No es gran cosa. Sólo tres historias. La primera trata de conectar puntos. Me retiré del Reed College a los seis meses y seguí yendo de modo intermitente otros 18 meses más antes de abandonar los estudios. ¿Por qué lo dejé? Comenzó antes de que yo naciera. Mi madre biológica era una joven estudiante de universidad, soltera, que decidió darme en adopción. Ella creía firmemente que debía ser adoptado por estudiantes graduados. Por lo tanto, todo estaba arreglado para que apenas naciera fuera adoptado por un abogado y su esposa; salvo que cuando nací decidieron en el último minuto que en realidad deseaban una niña.

BIENAVENTURANZAS DE STO. TOMÁS MORO


 

Bienaventurados los que saben reírse de sí mismos, porque tendrán diversión para rato.
Bienaventurados los que saben distinguir una montaña de una piedra, porque se evitarán muchos inconvenientes.
Bienaventurados los que saben descansar y dormir sin buscarse excusas, llegarán a ser sabios.
Bienaventurados los que saben escuchar y callar, aprenderán cosas nuevas.
Bienaventurados los que son suficientemente inteligentes como para no tomarse en serio, serán apreciados por quienes los rodean.
Bienaventurados los que están atentos a las necesidades de los demás sin sentirse indispensables, serán fuente de alegría.
Bienaventurados los que saben mirar sabiamente a las cosas pequeñas y tranquilamente a las importantes, llegarán lejos en la vida.
Bienaventurados los que saben apreciar una sonrisa y olvidar un desaire, su camino estará lleno de luz.
Bienaventurados los que saben interpretar benévolamente a los demás, aun en contra de las apariencias, serán tomados por ingenuos, pero éste es el precio de la caridad.
Bienaventurados los que piensan antes de actuar y rezan antes de pensar, evitarán muchas tonterías.
Bienaventurados los que saben reconocer a Dios en todos los hombres, habrán encontrado la verdadera luz y la auténtica sabiduría.

DEPORTISTA HECHO JESUITA

Deportista hecho jesuita:  


ORACIÓN DE PEDRO ARRUPE


CADA CICATRIZ ES UN AUTÓGRAFO DE DIOS




Hoy Jesús nos asombra una vez más… se presenta ante sus amigos ofreciendo la paz! Ellos se asustan y piensan que Èl sea un fantasma… entonces Jesús, conociendo sus corazones, les muestra sus manos. He aquí el gesto más bonito, una vez más, Jesús nos enseña que nuestra historia tiene un valor supremo, esconde en si algo sagrado.  
Él les habla a sus amigos enseñándoles las señales de su historia, de su dolor. Él es Cristo, el Resucitado, pero, incluso en su gloria, exhibe la VULNERABILIDAD típica del ser humano. "SOY YO MISMO, MIRA, soy de CARNE Y HUESO, MIRAD MIS MANOS"... SOY YO MISMO... 
Los amigos de Jesús están asombrados y llenos de alegría... porque reconocen por aquellas señales tangibles a su amigo y maestro. 
Hoy Jesús nos enseña a no tener miedo a ser VULNERABLES, aún más, justamente esto, tiene que dar paz a nuestros corazones, justamente esto tiene que ser la señal que nos empuja a buscar Jesús en cada situación, en cada persona y en nuestra historia pasada y presente. 
Jesús se hace vulnerable porque nosotros podemos aceptar y abrazar nuestra vulnerabilidad... y sólo es gracias a eso que podemos decir: ¡SEAMOS NOSOTROS MISMOS! Y tal como somos, vulnerables y sagrados al mismo tiempo, somos queridos infinitamente por Él. 
"Y cada cicatriz es un autógrafo de Dios, y nadie podrá vivir mi vida en mi lugar” (Jovanotti)  

domingo, 26 de agosto de 2012

PRESENTACIÓN


Hoy, en la tranquilidad de Celorio, cerca de Llanes, el pueblo de mi padre, contemplando el Cantábrico sereno y luminoso, en una plácida tarde de agosto, me vino la idea de crear un blog en el que ir publicando textos, lecturas, post, enlaces que me han gustado o me han ayudado y, que de igual manera pueden ayudar a otros. Estos escritos andan dispersos en el "desván" del ordenador, o del tablet, o de las redes, o de la nube, o de los papeles, libros y fotografías. Un "duende" juguetón irá apañando aquí y allá los materiales que formarán este blog. Será "El trasgu del somerau", como dicen en Asturias. Lo que no promete será periodicidad ninguna. Al lector que llegue a estas páginas, que le aproveche!