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sábado, 16 de marzo de 2019

El Anuario de la Compañía de Jesús 2019 está ya disponible en internet.


En las casi 150 páginas del Anuario se cuentan las historias de jesuitas y colaboradores que acompañan a jóvenes en colegios, en universidades, en parroquias, en centros pastorales, en comunidades marginadas, en prisiones, en la calle... También hablan los propios jóvenes, sobre el papel de la Espiritualidad Ignaciana en sus vidas, sobre sus expectativas y sobre cómo van realizando su camino.

domingo, 3 de marzo de 2019

ANUARIO SJ 2019 - CROACIA: APOSTOLADO SOCIAL Y CUIDADO DE LOS POBRES



Zdravko Jelusic, S.J.
Mijo Nilic, S.J.
Traducción: Juan Ignacio García Velasco, S.J.


Los jesuitas croatas trabajan en el apostolado social, luchando junto a las personas pobres y vulnerables, que no tienen medios para reclamar sus derechos. Lo hacen a través de sermones, medios de comunicación, y otras actividades que tienen lugar en las parroquias y en la Facultad de Filosofía y Ciencias Religiosas de Zagreb. Además, ayudan especialmente a las personas socialmente vulnerables, a través de Cáritas parroquial.
El apostolado social es particularmente activo y eficaz gracias a las instituciones fundadas por los jesuitas croatas, como la asociación católica “Una gota de bondad”, la Fundación humanitaria “Obispo Josip Lang”, JRS-Croacia, que se ocupa de los inmigrantes, y la casa de María, que se ocupa de para dar alojamiento a los padres de niños hospitalizados en los hospitales de Zagreb.
En nuestra Provincia, el sacerdote más conocido de toda Croacia por sus obras de caridad, el P. Antun Cvek, lleva trabajando en el apostolado social desde hace 50 años. La televisión croata ha hecho reportajes sobre él, y se han escrito muchos artículos que ilustran su apostolado de caridad y su atención al sujeto más pequeño, más pobre y más olvidado: el ser humano.
En 1990, el padre Cvek fundó la primera asociación religiosa católica, “Una gota de bondad”, confirmada como tal por un decreto de 1994 de la Conferencia Episcopal. Esta asociación reúne voluntarios con fuerte deseo de actuar en beneficio de los más humildes. Actualmente, la Asociación tiene varias formas de asistencia y atiende a unas 160 personas, principalmente en la zona de la ciudad y del Condado de Zagreb. Ayuda a la gente anciana necesitada con problemas de salud y que, dada su condición, no pueden satisfacer ni siquiera tus necesidades diarias. Son personas que a menudo viven en sótanos, apartamentos húmedos u otras instalaciones inadecuadas; a menudo sin calefacción, electricidad ni agua potable. Las personas con las que tratamos no pueden cuidar de sí mismas, y no tienen a nadie que las cuide. La asistencia que les brinda la Asociación es importante en su lucha diaria por la supervivencia.
En la Asociación “Una gota de bondad”, 60 voluntarios trabajan constantemente por aliviar la incomodidad y los problemas de las personas asistidas. La prioridad es siempre para quienes no tienen apoyo de la familia o de la comunidad, que son marginados y olvidados por todos. Además de los voluntarios, allí trabajan su fundador, el P. Antun Cvek, el P. Zdravko Jelusic, como asistente espiritual, y otras personas, entre las que hay enfermeros, un administrador, un trabajador en la lavandería, un chófer que atiende el mantenimiento, un terapeuta ocupacional y un trabajador social. Tanto los empleados como los voluntarios colaboran en la atención a los necesitados, que consiste en visitas regulares, encuentros de oración, pequeños servicios, asistencia domiciliaria, asesoramiento legal, y suministro de provisiones y de material básico de higiene y salud.
Otra institución importante de los jesuitas croatas, que opera en el campo del apostolado social, es la Fundación humanitaria “Obispo Josip Lang”, fundada en Zagreb en 2002 por el P. Antun Cvek. El fin de la Fundación es cuidar de diferentes maneras a los ancianos, enfermos y abandonados, que no tienen a nadie que los cuide.
La Fundación “Obispo Josip Lang” busca sensibilizar a la opinión pública ante las necesidades de los pobres y marginados y, para ello, organiza diversos foros, conferencias, seminarios, y Ejercicios espirituales para abogados, gerentes y médicos. En 2004, la Fundación organizó un gran concierto benéfico, al que asistieron 10.000 personas, incluidas destacadas figuras de la vida pública y política de Croacia, y que fue transmitido por la televisión croata. En aquella ocasión se recaudaron más de 250.000 euros para las necesidades de los pobres y discapacitados.
La Fundación publica varios libros y folletos a través de los cuales anima a las personas de buena voluntad a comprometerse cada vez más en el trabajo por las personas ancianas e indigentes. Para los voluntarios y empleados que trabajan en nuestro modesto apostolado (abogados, jueces, gerentes), la Fundación organiza anualmente Ejercicios Espirituales de tres días. En Navidad y Pascua, en colaboración con la asociación “Una gota de bondad”, se organizan reuniones para socializar con personas pobres e indefensas, y ofrecerles alimentos y otros bienes de primera necesidad.
Nuestro apostolado social funciona en coordinación con el P. Provincial, que apoya tanto nuestra Fundación “Obispo Josip Lang” como la Asociación “Una gota de bondad”, siguiendo su trabajo, proporcionando consejos, dando útiles opiniones y apoyando todas nuestras actividades. También tenemos buenas relaciones con la iglesia local. El cardenal Bozanic participó en la reunión institucional de la Fundación “Obispo Josip Lang”, y fue él quien propuso otorgarle el título de Josip Lang, obispo auxiliar de Zagreb, gran amigo de los pobres, y bienhechor del apostolado social y caritativo en la Archidiócesis de Zagreb, hace 80 años. Los obispos se muestran contentos de participar en nuestras celebraciones, y apoyar nuestro trabajo con personas mayores y enfermas.
La cooperación entre la Fundación “Obispo Josip Lang” y la Asociación Católica “Una gota de bondad”, así como con otras instituciones apostólicas de la Archidiócesis de Zagreb, incluida el “Mensajero del Corazón de Jesús y María”, funciona muy bien. Tenemos, también, una excelente colaboración con “Radio María”, que transmite nuestras ideas y nos ayuda a identificar a las personas mayores, enfermas y abandonadas que necesitan ayuda, así como a encontrar nuevos bienhechores y voluntarios.
La atención a los pobres es muy oportuna y necesaria. Entre nosotros, en Croacia, son muchas las personas a las que les resulta difícil sobrevivir, pagar la renta regularmente, afrentar los gastos inesperados, o tener calefacción. Las personas en gran dificultad son, sobre todo, familias jóvenes con niños, jubilados, desempleados y, especialmente, ancianos. En 2017, los pobres eran alrededor de 800 mil. Todavía hay muchas personas en riesgo de pobreza: aún no lo son, pero corren el riesgo de pronto convertirse en pobres.
Como en cualquier época histórica, también hoy día hay gran necesidad de muchas personas y asociaciones que trabajen por la solidaridad, que protejan a la persona y su dignidad humana. La población croata se está haciendo vieja. Hay menos nacimientos y se vive más tiempo. Ello se refleja negativamente en los ancianos, en los enfermos y en los indefensos. Hay cada vez más personas que, a menudo, viven olvidadas a nuestro lado. Ellas necesitan nuestra ayuda. La Asociación reúne voluntarios y organiza con ellos actividades libres, basadas en principios cristianos. Los miembros de esta Asociación dan testimonio de su fe católica, cimentada en el mandamiento de Dios de amor al prójimo. La Asociación presta servicios a sus usuarios sin distinción de género, color de piel, religión o credo político. A veces nos encontramos con casos que sacuden nuestra conciencia, hasta el punto de no poder quedar indiferentes. Son ocasiones que se convierten, para nosotros, en oportunidades para salir de nuestro egoísmo
Uno de estos casos es el de uno de nuestros conciudadanos que vive en el territorio de Zagreb, justo en el centro de la ciudad. Durante la guerra de independencia de nuestro país, perdió trágicamente a toda su familia y, apenas, logró salvar la vida. Poco tiempo después de aquel terrible suceso, enfermó gravemente. Perdió primero una pierna y luego la otra, quedando inválido. Más tarde, se sometió a una operación ocular, pero sin éxito. Entretanto, le fue diagnosticado un tumor, que debía ser operado. Mientras esperaba la operación, le sobrevino un infarto, sin que hubiese nadie para ayudarlo.
Hay muchos casos como éste: personas que viven en gran dificultad, sin la ayuda de los vecinos. Son ellas, precisamente, el mayor desafío para nuestra fe y la prueba de la eficacia de nuestro amor. Nosotros mismos somos realmente débiles e indefensos y, a menudo, estamos atrapados en nuestros propios intereses. Es con la ayuda de Dios, con la que podemos ayudar a los necesitados y traer algo de felicidad a sus corazones.



ANUARIO SJ 2019 - ALEMANIA: ¡EL FUTURO DEBE PASAR POR EL TALLER!



El programa del taller del futuro
no persigue ciertos resultados,
sino que tiene como objetivo el encuentro entre el hombre y Dios.
En esta comunicación, la multiplicidad de impulsos,
proyectos, preguntas y deseos encuentra un orden.

Clemens Blattert, S.J.
Traducción: Juan Ignacio García Velasco, S.J.

“¿Cómo deberíamos organizar nuestra pastoral vocacional hoy, para que los jóvenes se comprometan alegremente con el Evangelio de mañana? Ésta pregunta que nos la hicimos hace dos años. Los ámbitos eclesiásticos tradicionales de Alemania, en los que, por lo general, antes se podía encender el entusiasmo por la vocación religiosa, han continuado desintegrándose desde los años noventa. Ser católico ya no es algo tan común. Los jóvenes en busca de Dios se sienten, fácilmente, diferentes de sus compañeros.
Pero, todavía hoy en día, hay jóvenes que continúan demandando una vida feliz en relación con Dios. ¿Cómo podemos, los jesuitas, apoyar a la generación de 18 a 30 años en la búsqueda de su vocación? ¿Qué es lo que puede ayudarles a encontrar su camino?
No hay mejores expertos para responder a estas difíciles preguntas que los mismos jóvenes. Les hicimos la pregunta y recibimos una respuesta sorprendentemente simple: “Ofrézcannos un espacio donde podamos encontrar tranquilidad. Y muéstrennos cómo escuchar la voz de Dios ".
El desbordamiento de estímulos, y las posibilidades aparentemente infinitas de nuestros días, oscurecen cualquier idea clara que los jóvenes puedan tener sobre lo que quieren. El exceso de ofertas los paraliza. Sin embargo, existe un fuerte deseo de decidir por sí mismos su propia vida y darle una orientación significativa.
La fase de la vida que va de 18 a 30 años se puede comparar con un taller de bicicletas: allí se desmontan las ruedas, se quitan las abolladuras y se inflan las ruedas deshinchadas. Necesitamos también un taller para el futuro personal, para que la vida reciba un nuevo impulso. Es en esta etapa en la que se abandona el apoyo de los padres, en la que las crisis causan los derrapes, y en la que la falta de motivación de “aquello por lo que vivo” te impide pedalear libremente.
Entre los mejores talleres de la vida están los Ejercicios Espirituales. Partiendo de este principio, en diciembre de 2016 fundamos el Taller del Futuro, “Zukunftswerkstatt SJ”, en Frankfurt del Main. El taller está ubicado en el campus de la Universidad Sankt Georgen. En la casa de la comunidad, en un piso separado, se dispusieron seis habitaciones para invitados. El director, Clemens Blattert, S.J., continúa recibiendo nuevos grupos alrededor de la gran mesa de la cocina. En la sala de meditación, los jóvenes se abandonan a la palabra de Dios. Para la recreación, hay un vasto y hermoso parque con un horizonte espléndido.
El programa del Taller del Futuro no persigue resultados determinados, sino que su objetivo es el encuentro entre el hombre y Dios. En esta comunicación, los múltiples impulsos, proyectos, preguntas y deseos, encuentran un orden. La claridad que resulta de ello pone de manifiesto la creatividad de los diversos proyectos de vida: como dentista entusiasta, como consultora de gestión reflexiva, como padre fiel, como carmelita gozosa, o como jesuita sediento de conocimiento. Algunas veces hay quienes cambian sus estudios, quienes dejan sus trabajos o, simplemente, quienes vuelven a creer en Dios.
Hay cuatro elementos que favorecen esta dinámica de clarificación de la vocación.
Los jóvenes quieren ser protagonistas en la planificación de su futuro. Nosotros los ayudamos proporcionándoles las herramientas de la espiritualidad ignaciana. Gracias a la revisión de su jornada, los jóvenes aprenden a reconocer la guía de Dios en su vida diaria. Mediante la meditación de las Escrituras, descubren las promesas que Dios les ofrece y cómo la vida con Él puede tener éxito.
Con la ayuda del discernimiento de espíritus aprenden a navegar con seguridad en su futuro, en medio de la confusión de las voces internas y externas.
Para experimentar esto, hace falta un espacio. En un ambiente cómodo, con una organización diaria voluntaria y ciclos de Ejercicios Espirituales que van de 3 a 9 días, los jóvenes encuentran ese espacio libre, que aprovechan con gratitud para realizar los Ejercicios.
El acompañamiento espiritual es otro elemento esencial de nuestro trabajo. Los jóvenes se confrontan voluntariamente con los adultos para, de este modo, encontrar su propia posición. Pero para ello necesitan un “compañero de entrenamiento” que tenga tiempo, deje espacio y resista la tentación de dar respuestas. Una ayuda para construir su identidad.
En el taller del futuro siempre se puede conocer a otros jóvenes. Esto contrasta la sensación de que uno, siendo cristiano, es diferente. La experiencia de no estar solos nos empuja a seguir adelante. Incluso encontrarse con un jesuita mayor en las escaleras es una experiencia. Sin necesidad de palabras, los jesuitas ancianos se convierten en testigos de la fidelidad de una vida vivida con Dios. Una gran disposición para ser acompañantes en la oración, puede ser otra de las expresiones de este estímulo mutuo. Durante toda la duración del ciclo de ejercicios, un ex participante acompaña a uno “nuevo” en la oración. Es la Iglesia como una comunión personal. Un beneficio para ambas partes.
Cuando después de unos días los jóvenes vuelven a ponerse en camino, han adquirido las herramientas con las que pueden continuar construyendo su futuro de forma autónoma. Sus caras brillan, como cuando sales del taller con la bicicleta que funciona bien otra vez, y van con confianza hacia el futuro, conscientes de estar acompañados, y sobre todo de tener a Jesús como compañero.