LA PROVINCIA DE CASTILLA EN EL
AÑO DE LOS ANIVERSARIOS IGNACIANOS
J.
Ignacio García Velasco, S.J.
La nueva Provincia de Castilla nace
el día 22 de abril de 1989, como resultado de la unión de las antiguas
Provincias de León y de Castilla. Estas dos Provincias, muy similares en extensión
y número de miembros y muy cercanas, tanto en el tipo de trabajo apostólico
como en la colaboración de sus miembros, realizaron un proceso de unión,
durante dos años, que desembocó en la fusión de ellas.
En el Decreto de erección de la
nueva Provincia, el P. General señalaba que «buscando en todo la
mayor gloria de Dios y ayuda de las almas, la Compañía de Jesús se esfuerza
continuamente por emplear, en cada circunstancia, los medios y estructuras
organizativas que más puedan conducir a la consecución de su fin», por eso
-continúa el P. General- «las Provincias de Castilla y de León,
inspiradas por este principio fundamental de la espiritualidad de la
Compañía, han realizado un cuidado proceso de estudio, reflexión y
discernimiento para descubrir su mejor modo de "servir a sola su Divina
Majestad y a su esposa la Santa Iglesia bajo el Romano Pontífice, Vicario de
Cristo en la tierra", en las presentes circunstancias». El fin de la
unión de las dos antiguas Provincias también queda expresado en el Decreto del P.
General: «lograr así una mayor y más duradera capacidad de respuesta a
las necesidades apostólicas y del futuro».
Componen hoy día la Provincia de
Castilla 648 jesuitas, de los cuales 431 son sacerdotes, 168 hermanos y 49
estudiantes y novicios. Ocupa, en las Autonomías de Galicia, Asturias,
Castilla y León, Cantabria y La Rioja, la zona noroeste de España, con una
extensión de 158.400 Km2 en los que se reparten sus 32 comunidades
religiosas. Su Superior Provincial es el P. Melecio Agúndez.
I
LA MISION APOSTOLICA DE LA PROVINCIA DE CASTILLA
La Compañía de Jesús ha sido
definida como un cuerpo para la misión. Desde San Ignacio, que veía a la
Compañía «fundada principalmente para emplearse toda en la defensa y
dilatación de la santa fe católica, en ayudar a las almas en la vida y doctrina
cristiana... y también... para pacificar los desavenidos, para socorrer y
servir con obras de caridad a los presos de las cárceles y a los enfermos de
los hospitales» (Form. Inst.), hasta la última Congregación General
XXXIII, el jesuita se ve configurado por el trabajo apostólico, al que es
enviado en misión por sus Superiores.
En nuestro tiempo, la Compañía
entiende su misión como la defensa de la fe y la promoción de la justicia como
exigencia de la misma fe. Por eso hoy, cuando los jesuitas nos esforzamos por
responder a nuestra misión:
«... cobran nueva importancia
los apostolados tradicionales y, a la vez, las nuevas situaciones exigen
nuevas formas de actuación. Los ministerios fundamentales de la predicación,
pastoral sacramental, ejercicios espirituales, enseñanza, formación del
clero, catequesis, evangelización de los pueblos que todavía no han oído la
palabra de Cristo, y la promoción de comunidades cristianas, deben llevar a
fortalecer la fe que obra la justicia».
«El apostolado de la educación
y el intelectual deben ser considerados de gran importancia entre los ministerios
de la Compañía».
«Si los jesuitas hemos de
ayudar a la Iglesia a comprender el mundo moderno para que pueda anunciarse de
forma más adecuada la palabra de salvación, entonces es indispensable la
investigación en ciencias teológicas y filosóficas, como también en todas las
otras ciencias y en todo el ámbito de la cultura humana».
«La Compañía debe promover el
apostolado de la comunicación social que... llega a un gran número de gente y
permite así un servicio más universal al género humano».
(Congregación General XXXIII, D.1, nº 43 y 44)
La Congregación General señala
también nuevas situaciones y necesidades de nuestro mundo, en las que muchos
jesuitas están ya trabajando:
- «El hambre espiritual de
muchos, sobre todo jóvenes, que en medio de una cultura tecnológica, buscan
valores y un sentido de la vida».
- «La conculcación de los
derechos por parte de determinados gobiernos: asesinato, prisión tortura,
negación de la libertad religiosa y de libertad de expresión política».
- «La dura condición de
millones de refugiados en busca de un hogar estable.»
- «La discriminación contra
diversos grupos humanos tales como emigrantes y minorías raciales y religiosas».
- «El trato injusto y la
explotación de la mujer».
- «Las acciones políticas y
actitudes sociales que amenazan la vida de los no nacidos, de los minusválidos
y de los ancianos».
- «La opresión económica y las
necesidades espirituales de los desempleados, de los campesinos pobres y sin
tierra y en general de los obreros».
- «Nuestra Compañía debe
comprometerse en el trabajo por un orden internacional más justo y de una
mayor solidaridad de los países ricos con los pobres y de una paz duradera
basada en la libertad y el respeto a los derechos humanos».
(Congregación
General XXXIII, D.1, nº 45 y 46)
Estos son los campos y los retos en
los que la Compañía actual trabaja y a los que quiere responder en nuestro
mundo. La Provincia de Castilla, como parte de este cuerpo universal para la
misión realiza la suya en los campos que se describen en las páginas
siguientes. A lo largo de ellas, conscientes de que incluir la descripción de
todas las obras y actividades que desarrollan los jesuitas en este territorio
daría lugar a un escrito interminable, resaltamos aquello que es menos conocido
o más nuevo en el desarrollo apostólico de esta Provincia.
1.
FUERA DE NUESTRAS FRONTERAS
Desde sus comienzos, la Compañía de
Jesús mostró su vocación misionera. Ya los diez primeros compañeros se
repartieron por Irlanda, Polonia, Etiopía, Portugal, India, Alemania y Trento.
Y ese espíritu queda plasmado en nuestras Constituciones: «Nuestra vocación
es para discurrir y hacer vida en cualquier parte del mundo donde se espera más
servicio de Dios y ayuda de las ánimas» (Const. nº 304).
Siguiendo este familiar texto y el
espíritu de nuestros fundadores, la Provincia de Castilla tiene fuera del
territorio de la Provincia 122 jesuitas (el 18,8 %), repartidos por los cinco
continentes.
1.1
Compromisos históricos
La presencia misionera es una
constante entre nosotros, heredada de las antiguas Provincias de Castilla y de
León. León atendía desde el año 1969 la Misión de Honduras, en la Provincia
Centroamericana. De igual forma, Castilla colaboraba, desde el año 1979, con la
Provincia de Uruguay, y, anteriormente, Centroamérica fue Viceprovincia de
Castilla Occidental. León y Castilla hicieron una grande y generosa aportación
de recursos humanos y materiales fundamentales para el trabajo apostólico de la
Compañía en aquellas tierras, en una línea de inserción entre los pobres,
conforme a la opción de la Iglesia Latinoamericana. Desde entonces muchos
jesuitas han ido a trabajar a Centroamérica o a Uruguay y una buena parte de
ellos han pasado a pertenecer aquellas Provincias.
Antes, las Provincias de Castilla y
de León habían colaborado en la evangelización de las Antillas (Cuba-Sto.
Domingo-Puerto Rico), Brasil (Goiano Mineira) y China (Misión de Anking y Taiwan).
La relación fue en otro tiempo tan estrecha que aquellos territorios
pertenecían a León o a Castilla como Viceprovincias o Misiones.
Ciertamente la aportación de
personal de esta Provincia de Castilla ha sido abundante y el trabajo de
evangelización, mentalización y formación, tanto humana como religiosa, ha
sido ingente. Desde el año 1918, año en que se fundó la antigua Provincia de
León, y desde 1962, en que se crea la anterior Provincia de Castilla, fueron
transcritos a otras Provincias de la Compañía 244 jesuitas aproximadamente. De
ellos, hoy día, quedan repartidos por el mundo 210: 57 en Antillas, 45 en
Brasil Central, 38 en China, 33 en Centroamérica, 6 en Perú y 6 en Venezuela, 5
en Bahía (Brasil), 4 en Japón, 3 en Africa Occidental y 3 en Gujerat (India), 2
en Colombia y 2 en Puerto Rico, y en Aragón, Brasil Septentrional, Francia,
Paraguay y Wisconsin (USA), 1 en cada una.
Actualmente, pertenecientes todavía
a la Provincia de Castilla, hay 28 jesuitas trabajando apostólicamente en estos
"territorios históricos": 2 en Cuba, 16 en Centroamérica (4 en Guatemala,
5 en Honduras, 2 en Nicaragua, 2 en Panamá, 1 en El Salvador y 2 estudiando
fuera de la Provincia), 1 en Taiwan y 9 en Uruguay.
1.2
Compromisos personales.
La colaboración internacional de la
Compañía no se realiza sólo en las zonas con las que se tiene algún tipo de
relación o compromiso histórico, sino que cualquier necesidad y llamada puede
ser respondida en la medida de nuestras posibilidades. De esta forma, la
Provincia de Castilla tiene a 19 de sus miembros fuera de su territorio, de una
forma menos institucionalizada: 2 en Africa, 1 en Argentina, 2 en Australia, 2
en Estados Unidos, 1 en Thailandia, 3 en Ecuador, 3 en Perú y 2 en Venezuela.
Los trabajos en que están empeñados
los jesuitas fuera de nuestras fronteras son pastorales, parroquiales,
educativos, de promoción social, radiofónicos, universitarios, de asistencia
médica, de formación de jóvenes jesuitas, de formación teológica y espiritual
tanto de seminaristas como de laicos, trabajos con refugiados y con emigrantes...
Son trabajos de los que «se espera más servicio de Dios y ayuda de las
ánimas».
Varios jesuitas originarios de esta
Provincia de Castilla han derramado su sangre por causa de la justicia, en
servicio de los pueblos donde vivían y con quienes trabajaban. Ultimamente,
tres de los seis mártires de El Salvador eran de estas tierras: los PP.
Ignacio Martín Baró, Segundo Montes y Amando López. Antes, el
H. Alfredo Pérez en el Tchad, o el P. Carlos Pérez Alonso en
Guatemala. Todos ellos, siguiendo el camino de Jesús que los llamó a su
Compañía, fueron destrozados por la maldad del mundo -como El- y, muriendo,
dieron y darán vida a muchos.
1.3
El Secretariado de Misiones
El nexo más inmediato de unión con
todos estos hombres repartidos por el mundo lo constituye el Secretariado de
Misiones "Amistad y Cooperación", cuyo origen se remonta al
año 1938, en que nace como Secretariado de Anking para ayudar a aquella Misión,
consiguiendo limosnas, enviando libros y medicinas, manteniendo contacto
epistolar, atendiendo a los que estaban destinados a aquellas tierras en la
preparación de su viaje y, dado el caso, a su regreso de China. Poco a poco fue
evolucionando e incluyendo en sus objetivos el desarrollo de la sensibilidad
misionera de otros jesuitas de la Provincia, de personas que pudiesen colaborar
en la ayuda misionera y de todos los cristianos de estas tierras.
Con el paso del tiempo, el
Secretariado de Misiones queda constituido como un órgano de la Provincia para
todo lo relacionado con las Misiones: el Director depende directamente del
Provincial y ha de seguir sus iniciativas y directrices, a la vez que le
mantiene informado de toda su actividad y le propone destinos o relaciones con
las Provincias de la Compañía donde se encuentran los jesuitas de Castilla.
En 1974, en la antigua Provincia de
León, se crea el Secretariado "Evangelio y Misión" con el fin
de estructurar mejor una oficina de misiones, que surgió después de la
reestructuración de Provincias de 1962, y la relación entre la Provincia de León
y la Misión de Honduras, a partir de 1969.
La Provincia de León, mediante este Secretariado, aportó recursos
humanos y materiales que fueron esenciales para el trabajo apostólico de la
Compañía. Con ocasión de la unión de las Provincias, este Secretariado se
fundió con el de Castilla. A lo largo de sus 15 años de existencia fue
dirigido por el P. Jesús Pedraz.
Con motivo de la integración de la
Misión de Honduras en la Provincia Centromericana, esta Provincia no quiso
verse privada de las aportaciones de la Provincia de León tan necesarias
tanto para la evangelización de los casi treinta millones de centroamericanos
que habitarán el itsmo en el año 2.000, como para el mantenimiento de la
formación, que supone el futuro de la Compañía y que, gracias a Dios, florece
con abundantes vocaciones.
Por eso, los Provinciales de León, P.
Avelino Fernández, y de Centroamérica, P. Valentín Menéndez,
firmaron en marzo de 1980 un acuerdo de colaboración entre ambas Provincias y,
en 1988, se establece entre ellas la cooperación y relación fraterna que en la
Compañía ha dado en llamarse "hermanamiento" o
"gemelazgo".
Ahora que celebramos los centenarios
ignacianos y los quinientos años de la evangelización de América, los
hermanamientos de Provincias son, tal vez, una de las realizaciones apostólicas
que mejor celebran estas efemérides, en clara referencia tanto a las líneas de
paz y justicia internacional señaladas por las últimas Congregaciones Generales
(C.G. XXXIII, nº 103), como a la visión de un solo mundo y una sola historia
que, mediante los "mass media", ya viven naturalmente las nuevas
generaciones y que es algo esencial al espíritu de la Compañía desde su
nacimiento.
El Secretariado de Misiones de la
Provincia de Castilla tiene su sede en la calle Martínez Azcoitia de Palencia y
su director es el P. Juan Luis Hoyos.
1.4
El CEMED.
Una benemérita institución que,
desde la Provincia, apoya el trabajo de los que están en la vanguardia
misionera es el Centro de Medicamentos para el Tercer Mundo (CEMED), con sede
en Villagarcía de Campos (Valladolid). Allí, unos cuantos jesuitas jubilados,
ancianos y enfermos, además de un empleado seglar, ordenan, seleccionan,
preparan y envían toda clase de medicinas a diversas Misiones y Dispensarios
necesitados del Tercer Mundo, y a otros puntos del globo donde surgen
necesidades imprevistas.
El CEMED se inició en 1966, mediante
algunos pequeños envíos que el H. José Luis Ruiz, entonces Enfermero de
Villagarcía, realizaba a la Misión de Taiwan. Con los años fueron aumentando
las ayudas tanto de los laboratorios farmacéuticos como de personas
particulares y profesionales médicos. De este modo, en 1990, con la coordinación
del H. Primitivo de Miguel, actual Enfermero de Villagarcía, se pudo
llegar a enviar 121.740 kilos de medicinas, ropa y alimentos, en 136 envíos,
por un valor de cerca de ciento setenta y cuatro millones quinientas mil
pesetas. Unos 18 países se benefician de esta ayuda.
Junto a esta labor misional y
humanitaria, el CEMED desarrolla otra ayuda caritativo-asistencial con unos
300 Conventos de Clausura, a quienes provee de los medicamentos necesarios.
Todos los envíos son gratuitos para
sus receptores. Los gastos de correo y transporte son cubiertos con limosnas
de benefactores y alguna ayuda de los propios beneficiados. Así puede
continuar esta callada, a la vez que eficaz, labor de unos jesuitas que ya con
pocas fuerzas, porque las dejaron a lo largo de su vida en los trabajos del
Reino, dedican su tiempo a mitigar los sufrimientos del Tercer Mundo.
2.
TRABAJOS INTERPROVINCIALES
La expansión universal de la
Compañía exige también la colaboración de sus miembros con las obras
internacionales o interprovinciales, que sólo pueden subsistir con la ayuda de
las Provincias. Así, la Provincia de Castilla tiene 9 de sus miembros en las
Casas Internacionales de Roma y 42 en las Obras Interprovinciales de España.
En Roma, 5 jesuitas de Castilla están
en la Curia General; 2 en la Universidad Gregoriana, 1 en el Instituto Bíblico
y 1 en la Casa de Escritores. Entre ellos está el Asistente de España y
Consejero del P. General, P. Urbano Valero, el Subsecretario de la Compañía,
P. Nicolás Rodríguez Verástegui, y el secretario particular y chófer del
P. General, H. Luis García. Otros son colaboradores de diversas
oficinas, profesores o el cocinero de la Curia General, H. Gregorio Bello.
La colaboración interprovincial en
España es más amplia. Hay dos instituciones que se llevan la parte del
león: la Universidad Pontificia de Comillas y la Casa de Escritores, además de
otras instituciones jesuíticas o civiles. Todo ello en Madrid, donde viven 57
jesuitas de la Provincia de Castilla.
La Universidad Pontificia de
Comillas -que cumplirá el próximo año su primer centenario- está atendida,
entre otros, por 36 jesuitas de nuestra Provincia. Ellos son profesores de
filosofía, teología, derecho canónico, psicología, espiritualidad, derecho,
matemáticas, historia, lenguas clásicas, pedagogía, bibliotecarios, investigadores
y autoridades académicas.
En la Casa de Escritores, de
la calle Pablo Aranda, se publica "Razón y Fe", revista
hispanoamericana de cultura; "Reseña", revista de literatura, arte
y espectáculos; "Fomento Social", revista de investigación social; "Estudios
Eclesiásticos", revista de investigación e información teológica;
"Pensamiento", revista de investigación e información filosófica,
y "Manresa", revista de espiritualidad ignaciana. Asimismo están
adscritos a esta casa el "Instituto de Fe y Secularidad" y AUDIPROL,
elaborador de programas audiovisuales. Son 7 los miembros de la Provincia de
Castilla presentes en estos medios además del Superior de la casa, el P.
Agustín Udías.
Hay en Madrid otros 14 jesuitas de
esta Provincia que trabajan en la Curia del Provincial de España -como el H.
José Corredor, Secretario de la Curia- y en otras obras interprovinciales
(Apostolado de la Oración, Comisiones Nacionales) o compromisos personales.
Sin olvidar, en la colaboración en obras interprovinciales, nuestra aportación
a "El Solar Español" de Burdeos, dependiente del Provincial de
España.
3.
EL TRABAJO APOSTOLICO DENTRO DE LA PROVINCIA
La actividad pastoral de la
Provincia de Castilla queda reflejada en los sectores apostólicos en que está
dividida: pastoral general, educación, pastoral juvenil y vocacional. Al
frente de cada sector hay un Delegado del P. Provincial que coordina, anima e
impulsa los esfuerzos de los jesuitas y seglares implicados en su área.
3.1.
SECTOR DE PASTORAL.
El sector de pastoral, dada la
variedad de campos que abarca, está dividido, a su vez, en subsectores, aunque
muchas actividades se realizan con criterio intersectorial, en ámbitos
regionales y en colaboración con la Iglesia local. Desde este supuesto, son
muy importantes para nosotros las plataformas que permiten la interrelación de
sectores y la formación de equipos en cada uno de ellos. El Delegado del P.
Provincial para este Sector es el P. Avelino Fernández; él y los
coordinadores de cada subsector forman la Comisión Provincial de Pastoral.
3.1.1 Subsector de Centros de
Pastoral y Residencias
Los Centros de Pastoral son de dos
tipos: de fe-cultura y de pastoral múltiple. Los Centros fe-cultura
tratan de impulsar el apostolado del diálogo con la cultura, la increencia, las
otras ideologías, y llevan a cabo una labor de profundización y expresión de
la fe de los adultos creyentes.
La Provincia tiene un Centro
fe-cultura en La Coruña, el Centro Fonseca. En conexión con él se está
poniendo en marcha en Santiago de Compostela un "Foro de Encuentros
Cultura-Evangelización". La misión fundamental de estos centros es el
diálogo con la cultura y las exigencias de la inculturación de la fe en Galicia.
Están implicados en este trabajo 6 jesuitas que se mantienen en contacto con el
equipo nacional, dependiente del Provincial de España, coordinador e impulsor
de la actividad de los diversos centros de las otras Provincias.
El Centro Fonseca, de acuerdo con
las directrices del Concilio Vaticano II y del Congreso de Evangelización y de
la Compañía de Jesús, impulsa las actividades que favorezcan el diálogo abierto
y plural con los que no creen o creen de manera diferente, entrando en el
debate de lo investigado por la ciencia, dejando que aflore lo que de evangélico
haya en todo ello, entrando en contacto con los que exploran, informan, crean
pautas, utilizan poderes, con una voluntad de comprensión, respeto y
encuentro. La peculiaridad del Centro Fonseca es la realización de estos
objetivos desde el mundo de la educación, con la colaboración de la entidad
"Padres y Maestros", de la que hablaremos más adelante.
Los Centros de Pastoral múltiple
son plataformas de evangelización de adultos que, llevadas en equipo, fomentan
la presencia y el diálogo con la realidad social y cultural del entorno y que
aspiran, como horizonte, a la creación de comunidades cristianas estables y
comprometidas.
La Provincia de Castilla tiene 3
centros de este tipo: El Centro Ignaciano de Espiritualidad (CIE) en Burgos, el
Instituto Fe y Desarrollo (FYD) en Valladolid, y el Centro Loyola de Santander.
En ellos se fomenta la formación teológica de los seglares, especialmente
educadores y agentes de cambio social; se atiende a los problemas sociales que
mayor incidencia tienen en la Provincia, especialmente los relacionados con
la familia y la educación de los hijos, mediante las Escuelas de Padres; se
potencia el conocimiento y la práctica de los Ejercicios de San Ignacio, tanto
en la modalidad de personalizados como en la de la vida corriente; se forman
Comunidades de Vida Cristiana (CVX) de adultos.
El CIE, en Burgos, nace en
1978 para ayudar a la clarificación personal de cristianos adultos, desde la
mística y la experiencia de los Ejercicios Espirituales en la vida corriente:
los cursos que se organizan son preparación del sujeto de los Ejercicios y,
desde ellos, de las comunidades cristianas para el compromiso. A lo largo del
año son unas 300 personas las que frecuentan esta obra, de las 600 que pasan
por él. Los que se benefician del CIE, debido a los trabajos estables de sus
miembros, laicos en su mayoría, son unos 3.000. Los miembros de las comunidades
del CIE están trabajando en Escuela de Padres, en la cárcel, en el paro y
marginación social de gitanos, en el Comité Oscar Romero de solidaridad con
Centroamérica, en la educación integral de niños e indocumentados.
Desde 1972, el FYD de
Valladolid imparte cursos sistemáticos de formación teológica y permanente,
seminarios, destacando sus Semanas de Teología, tanto por los profesores
participantes como por el número e interés de los asistentes. Por las mismas
fechas se inicia también la Escuela de Padres que irá teniendo un creciente
desarrollo en sus diversos cursos, participando más de 4.000 familias en 17
Centros parroquiales y de enseñanza.
El Centro Loyola, en la
Residencia de Santander, desde su creación en 1982, integra la Escuela Bíblica,
los Cursos de Teología y los de Catequesis de la Confirmación, así como varios
grupos de precomunidad CVX y grupos de oración.
Las Residencias han sido a lo
largo de su historia el marco y caldo de cultivo de las asociaciones de fieles
y obras apostólicas que nacieron a la sombra de ellas. Actualmente, tienen
como principal misión la pastoral sacramental y de celebración de la Palabra
en sus templos, a los que se desea transformar en espacios de celebración
actualizada, con una línea de pastoral consonante con las directrices del
Vaticano II. Una necesidad apremiante a la que las residencias pueden dar una
respuesta, sin competir con la institución parroquial, es la que se refiere al
Sacramento de la Reconciliación y la del acompañamiento espiritual. Sin
embargo, esta necesidad y su correspondiente respuesta plantean un serio
problema a todas nuestras comunidades, pero en especial a las Residencias: la
actualización en el conocimiento y praxis de la moral. Para ello se está
llevando a cabo un plan de formación permanente y actualización en torno a la
dirección personal, sacramentos -especialmente de la Penitencia- y predicación.
Hay Residencias en Santander, Gijón,
Oviedo, La Coruña, Santiago de Compostela, León, Palencia, Villagarcía de
Campos, Valladolid y Burgos, en las que conviven y trabajan 153 Padres y
Hermanos. En ellas tienen su sede restos de las antiguas Asociaciones
(Congregaciones Marianas, Apostolado de la Oración, Marías de los Sagrarios,
Círculo Cátolico de Obreros, Asociación de Maestros Católicos, Congregación de
la Buena Muerte) y otros movimientos de nuevo cuño como la Fraternidad de
Enfermos (FRATER), las Asociaciónes de Viudas (FAV), o las Aulas de la
Tercera Edad.
La FRATER fue fundada a
mediados de siglo en Francia por el sacerdote secular Pierre François y pronto
adquirió una expansión internacional. Está reconocida eclesial y civilmente
como sociedad internacional, nacional y diocesana. La FRATER de Burgos
llevaba funcionando bastantes años con una vida lánguida. A raíz de la primera
visita del Papa a España, en 1982, la FRATER pidió a la Compañía un local y un
Consiliario que les fueron concedidos y desde entonces es la asociación más
pujante de Burgos en su género: están afiliadas unas 120 personas entre
minusválidos, enfermos y colaboradores, y se benefician de ella unos 30 enfermos
visitados por los socios.
La FRATER busca la formación
integral del enfermo y del minusválido como militantes cristianos, mediante
actividades y cursos programados, y su inserción en la sociedad como ciudadanos
útiles conforme a sus capacidades, luchando por una atención sanitaria más
eficaz y por la supresión de barreras arquitectónicas, sociales y culturales.
La primera Asociación de Viudas
de España fue fundada en 1959 por un grupo muy pequeño de mujeres
pertenecientes a una Congregación Mariana de Madrid, al ver su desamparo ante
los organismos oficiales y ante la sociedad, pensando que su unión e
intercambio de ideas les daría fuerza para tratar de ocupar, ellas y sus hijos,
el lugar que les corresponde en la sociedad y en la Iglesia. El año 1969 nace
la Federación de Asociaciones de Viudas (FAV) que agrupa actualmente unas 378
Asociaciones, formando un colectivo de 300.000 asociadas. De ellas, en la
Provincia de Castilla, hay en Salamanca, Burgos y La Coruña.
Todas las Asociaciones integradas en
la FAV son totalmente autónomas entre sí y persiguen los mismos fines: el
desarrollo de una labor social, formación y promoción de sus miembros; la
creación de lazos de amistad y solidaridad entre mujeres que se han visto
privadas bruscamente del puesto que tenían en la familia, la sociedad y la
Iglesia; la búsqueda del modo de vivir el cristianismo en el mundo de hoy; la
defensa de los derechos de viudas y huérfanos, siendo el portavoz oficial de
una masa española silenciosa de dos millones de viudas y tres millones de
huérfanos menores de edad.
Las Aulas de la Tercera Edad
son programas de animación socio-cultural para personas mayores de cincuenta
años, como educación permanente de adultos y están encuadradas internacionalmente
en las Universidades de Tercera Edad y, en el ámbito nacional, en la
Confederación Española de Aulas de la Tercera Edad.
Funcionan en Santiago de Compostela,
La Coruña y Vigo con un total de mil alumnos que asisten a clases de cultura,
arte y terapia ocupacional, de cinco a nueve de la tarde. En Santiago, las
instalaciones están ubicadas en la Residencia de la Compañía. Las Aulas son
financiadas por Xunta de Galicia y tienen firmado un convenio con la
Universidad de Santiago.
El coordinador de este múltiple y
variado subsector de Residencias y Centros Pastorales es el P. Joaquín
García de Dios, con quien colabora el P. Isidro Gzlez. Modroño.
3.1.2 Subsector de Ejercicios
Los Ejercicios, más que un
subsector, son el método pastoral fundamental para todo jesuita. Su
conocimiento y utilización es una exigencia y la implicación de nuestros
Escolares en esta tarea es una manera de mantener y hacer rendir el patrimonio
espiritual más preciado que San Ignacio nos legó. Por eso, la actividad de
este subsector, más que potenciar las Casas de Ejercicios, es la de impulsar
el ministerio de dar Ejercicios según las diversas modalidades.
No se debe olvidar, sin embargo, la
buena infraestructura organizativa y material de este subsector: 4 Casas de
Ejercicios en Villagarcía de Campos (Valladolid), Celorio (Asturias), Pedreña
(Cantabria) y Bastiagueiro (La Coruña); 1 Centro de Espiritualidad Ignaciana
(CIE), en Burgos; 1 Escuela de Ejercitadores seglares en el Hogar de Sta.
María de Burgos y 1 Casa de Espiritualidad en Salamanca.
El número de jesuitas que, en la
Provincia de Castilla, están dedicados, exclusiva, preferente u ocasionalmente
al ministerio de los Ejercicios se acerca a los 50. Son ellos los que están
poco a poco haciendo escuela. Los logros y los empeños son varios: el Mes de
Ejercicios, de recia implantación en Pedreña;
la extensión de los Ejercicios en la vida corriente; la creciente
tendencia a los Ejercicios personalizados;
el esfuerzo por purificar el método.
El principal instrumento para
conseguirlo es el Centro de Espiritualidad Ignaciana para adultos. Está
ubicado en Salamanca, en las remozadas instalaciones del Colegio Máximo de San
Estanislao, teniendo en cuenta las favorables circunstancias de esta
casa, los jesuitas que allí trabajan y
la tradición en esta labor. Su objetivo fundamental es la profundización en la
experiencia de la fe, mediante el estudio y profundización en los Ejercicios
de San Ignacio y de las formas de adaptación de este apostolado. Sirve también
como estructura de apoyo a la labor de
Ejercicios que realizan todos los jesuitas, a través de un Seminario de Ejercicios,
provisto de biblioteca, locales aptos para la oración, convivencias, etc...
El P. Jesús Corella coordina
el subsector de Ejercicios, arropado todo él con la sobresaliente contribución
del Secretario Nacional de Ejercicios, P. Ignacio Iglesias.
3.1.3 Subsector de Comunidades de Vida Cristiana
Las Comunidades de Vida Cristiana
(CVX) son la forma más "familiar", aunque no la única, de comunidades
cristianas para nosotros, por cuanto en su origen, en su crecimiento y en su
proyección hacia fuera está la práctica y la espiritualidad de los Ejercicios. Son la desembocadura natural de los grupos,
comunidades y precomunidades juveniles de los Centros Loyola y una clara
oferta para los adultos comprometidos
con su fe, desde la espiritualidad ignaciana. Las CVX son otra de las piezas
clave de nuestro sistema Pastoral.
En nuestra Provincia, poco a poco,
se va formando un movimiento progresivo hacia la consolidación de las CVX y ya
se van perfilando núcleos esperanzadores. Hay CVX federadas a la Comunidad
Mundial en el Centro Loyola de Gijón (2 Comunidades de matrimonios y postgraduados);
en el Centro de Acción Social Católica (Vanguardia), 5 comunidades con 60
personas; en Oviedo, 2 Comunidades de postgraduados y en el Hogar de Sta.
María de Burgos, 1 comunidad. En total 160 personas.
En otros puntos de la Provincia hay
precomunidades y comunidades aún sin federar: Valladolid, Salamanca, Santander
y Vigo; en total unos 14 grupos con 200 personas caminando en línea CVX.
3.1.3 Subsector de Parroquias
El trabajo parroquial en la
Provincia de Castilla se entiende como plataformas de inserción en medios
populares y de acceso a su religiosidad. Las parroquias sirven de plataforma
de pastoral infantil, juvenil, de preevangelización de adultos y hacen
visible la colaboración con la Iglesia local diocesana. En las comunidades
parroquiales, por motivos intersectoriales, viven jesuitas que trabajan en
otros campos pastorales o en actividades sociales y de marginación.
En el territorio de la Provincia hay
parroquias, llamadas "institucionales", cuya atención se regula por
un contrato entre la Compañía y la Diócesis respectiva. Hay otras, en cambio,
que se atienden por el compromiso personal de los jesuitas que trabajan en
ellas. Las parroquias institucionales que lleva la Provincia son San Ignacio de
Logroño, Ntra. Sra. del Pilar ("La Pilarica") en Valladolid, La
Inmaculada y San Esteban del Mar en Gijón,
San José ("El Milagro") en Salamanca y San Francisco Javier
en Vigo.
Las parroquias
"personales" son también numerosas en las autonomías que componen la
Provincia. En Galicia: Muras y anejos en la provincia Lugo; Loxo,
Riveira, Esquerente y Fuentes Rosas, junto a Touro, en la provincia de Coruña. En
Asturias: San Juan de Tremañes y Santa Bárbara (Gijón). En Castilla-León:
Villagarcía de Campos, Urueña, Villardefrades, Villavellid, Castromembibre,
Tordehumos y Pozuelo de la Orden, de la provincia de Valladolid; Calzada de D.
Diego, Canillas, Rollán, Campo de Peñaranda, Villar de Gallimazo, Palencia de
Negrilla y Negrilla de Palencia, de la provincia de Salamanca.
En total, son 32 los jesuitas de la
Provincia de Castilla dedicados al trabajo parroquial, coordinados por el P.
José Luis Pinilla.
3.1.4 Subsectores de Misión
Obrera-Marginación-Inserción y Apostolado Social
En Asturias.- Se engloban en este
subsector los jesuitas que trabajan manualmente con contrato laboral, viviendo
en la comunidad parroquial de Tremañes-Gijón, y dos proyectos específicos de
trabajo humano y pastoral con marginados: el Proyecto Hombre de Asturias, para
la rehabilitación de drogadictos, y el Hogar de San José, para la acogida de
niños y jóvenes con problemas familiares, en Gijón. Asimismo acoge las formas
personales de inserción-inculturación en parroquias rurales -señaladas en el
apartado anterior- y está abierto a las iniciativas concretas que puedan
surgir tanto en forma de proyectos de inserción como de proyectos de trabajos
con marginados. Cabe señalar en este punto la colaboración personal de varios
jesuitas en el Albergue de Transeúntes "Covadonga", también en
Gijón.
Durante el año 1986, un grupo de
personas relacionadas con el mundo de la marginación juvenil se plantean la
posibilidad de comenzar en Asturias un programa de rehabilitación de drogadictos.
Para ello realizan un estudio de los distintos programas que en ese momento
funcionan en España. Como consecuencia de ese estudio, se opta por el "Proyecto
Hombre", tomado contacto con el Programa de Madrid y el Centro
Italiano de Solidaridad en Roma. Se inician también los contactos con la
Administración Regional y con la Iglesia Diocesana, así como con diversas
asociaciones y personas particulares, con el fin de conocer la acogida que
tendría el Programa.
Valorando muy positivamente estos
contactos, se crea en enero de 1987 el Centro Español de Solidaridad Principado
de Asturias (C.E.S.P.A.), fundación que será la que se encargue del nacimiento
y desarrollo del Programa de rehabilitación. La Junta del Patronato está
compuesta por Cáritas Diocesana, la Provincia de Castilla de la Compañía de
Jesús, Hombres de Acción Católica de Gijón y personas particulares. Durante
los años 1987 y 1988, el director y el futuro equipo realizan en Madrid y Roma
los cursos de formación, mientras se ultiman en Asturias los preparativos para
la apertura de la fase de Acogida, que se lleva a cabo el 19 de septiembre de
1988, en Gijón.
Sus fines son la creación de modelos
de prevención de las toxicomanías, mediante estudios, documentación y
encuentros con educadores y operadores sanitarios; la colaboración con las
instituciones públicas para lograr un trabajo más efectivo; la puesta en marcha
y desarrollo del Programa Terapéutico "Proyecto Hombre" en favor de
los toxicómanos y de sus familias. Este Programa se dirige a toda clase de
toxicomanías, de una forma personalizada y articulado en estructuras variadas
que corresponden a las etapas y a las características de un programa de recuperación
y rehabilitación que, en cada momento y en cada caso, tiene características
diferentes.
Las distintas fases del Programa son
la de Acogida, en régimen de externado; la Comunidad Terapéutica, en régimen de
internado y durante un tiempo que oscila entre 9 y 12 meses; la tercera fase es
la Comunidad de Reinserción que tiene tres etapas: internado, semi-internado y
externado, todo ello durante 9-12 meses. El movimiento de personas es grande,
ya que Asturias es el quinto lugar de España en densidad de droga. Así, desde
septiembre de 1988 hasta octubre de 1990 han pasado por la fase de Acogida un
total de 307 personas solicitando información, de las que 157 continuaron en el
Programa; el 52%. En un espacio de tiempo aproximadamente igual, en la Comunidad
Terapéutica, han entrado 91, de los cuales han permanecido en el Programa 78,
lo que supone el 86%. La Comunidad de Reinserción funciona desde enero de 1990
y los buenos frutos del Programa "Proyecto Hombre" están empezando a
recogerse.
Por su parte, el Hogar de San
José nace en 1942. Su finalidad, desde los primeros momentos fue albergar
en régimen de internado niños huérfanos o abandonados por sus padres. Era el
comienzo de la posguerra y había en Gijón muchos niños y muchachos en esta
situación. Un jesuita, el P. Máximo González, conmovido por aquella
situación fundó el Hogar y, desde entonces, ha tenido siempre la consigna de
abrir sus puertas a cualquier niño que se encuentre en grave situación
familiar, huérfano, con padres alcohólicos o desequilibrados, con madres que
viven de la prostitución o en suma pobreza.
Desde 1942 hasta 1978 el Hogar
funcionó como obra de la Compañía de Jesús y vivió de subvenciones, ayudas de
personas amigas, etc... En 1978 se constituye una Fundación Benéfico Particular
reconocida por el Ministerio de Sanidad y Seguridad Social. Cabe destacar que,
casi desde los comienzos, las Juntas de Protección de Menores de Oviedo y Gijón
y la Diputación Provincial enviaron niños en situación de marginación humana,
social y familiar al Hogar de San José.
Las edades de los recogidos oscila
entre los 7 y los 18 años. Si bien hay una edad para entrar -no antes de los
siete- no existe una edad tope para salir. Los chicos se van cuando dejan de
estudiar, cuando su familia, en alguno de los casos, los reclama y cuando las
dificultades familiares han encontrado una solución.
El Hogar es un Centro unicamente
residencial, aunque en esta palabra se contenga toda la vida de los muchachos,
excepto el tiempo de las clases que reciben en los Colegios Nacionales y en las
Escuelas de Formación Profesional de la zona. En el Hogar viven 120 chicos,
divididos en cinco tutorías, con un educador al frente de cada una de ellas.
En Vigo.- Radio ECCA, de la que hablaremos
más adelante, la Escola Social de Galicia, y la Parroquia y Comunidad de
Crisantemo, formán también parte de este subsector de Marginación-Inserción.
La Escola de Formación Social
es una obra de la Compañía, fundada por el P. Federico González-Fierro.
Al principio perteneció a la Diócesis de Tuy-Vigo, hasta que el Obispo se la
entregó a la Compañía. Tiene su sede en el Centro de Obras Apostólicas que la
Compañía tiene en la calle Velázquez Moreno, de Vigo, y es llevada por un
número de personas no superior a veinte, en su mayor parte seglares, repartidas
en los distintos órganos: Comisión Asesora, con tres jesuitas; Comité de
Dirección, con un jesuita Delegado del P. Provincial, y los Asesores
Colaboradores, entre los que se cuenta también un jesuita.
La Escola se define como un centro
de formación sociocultural y de atención comunitaria, sin fines lucrativos y
cuyas actividades están dirigidas de un modo especial a las personas que
disponen de menos posibilidades de formación. Desarrolla sus actividades tanto
independientemente como en colaboración con el Ministerio de Trabajo, la
Dirección General de Cooperativas, o la Dirección General de Política
Lingüística de la Xunta de Galicia. Son de resaltar los Programas de Promoción
de la Mujer y de la Tercera Edad, así como el de Acción Cultural en Barrios,
realizado en 35 Centros Educativos y Asociaciones Culturales, situados en su
mayoría en zonas de la periferia o barrios de Vigo. El alcance de todos estos
cursos y actividades puede estimarse en unas 3.300 personas al año.
En Valladolid.- Se cuentan en este
subsector la proyección rural de INEA; el Voluntariado Social, con sede en
nuestra Residencia de Ruiz Hernández, la Comunidad y Parroquia de Pilarica.
El Instituto Nevares de Empresarios
Agrarios (INEA) nació en 1965, bajo la dirección del P. José
Quintanilla, como fruto de la preocupación por mejorar el nivel empresarial
de las explotaciones agrícolas de la región. Lleva el nombre del P. Sisinio
Nevares, apóstol social del mundo rural castellano e imparte los cursos
de Ingeniería Técnica Agraria. Por las aulas de INEA han pasado 1.500 alumnos y
otros 2.400 han realizado por correspondencia sus diversos cursos.
El Voluntariado Social nace
como resultado de la reflexión de un grupo, fundamentalmente de
universitarios, acerca de su papel en la sociedad. Descubrieron que en nuestra
sociedad, a causa de su tecnificación y burocratización, los problemas sociales
se presentan como inaccesibles, con pérdida de protagonismo del individuo como
agente social, y sin soluciones totales o definitivas. Así se pusieron a
actuar, para ir concretando la utopía que les animaba, reflexionando sobre sus
actividades y sintiéndose protagonistas de su propia historia. Así nació el
Voluntariado Social en Valladolid como un cauce para el compromiso por una
sociedad más justa y solidaria. Actualmente está desbordado por la cantidad de
proyectos de desarrollo de colectivos marginales que recibe, presentados por
Centros Cívicos a partir de los educadores de calle, las Asociaciones de
Vecinos, Parroquias, organismos públicos como el INSERSO, Juez de Menores,
instituciones de deficientes psíquicos como San Juan de Dios o ASPRONA...
Las actividades que desarrolla el
Voluntariado hacen referencia a casos de fracaso escolar de los más
desfavorecidos; ocio y tiempo libre con grupos con deficiencias económicas y
socioambientales; compañía a ancianos solos y abandonados, cada vez más
numerosos; reinserción social de delincuentes juveniles; trabajo con gitanos,
racistamente marginados; disminuidos psíquicos y físicos, desintegrados y con
obstáculos en nuestra sociedad. Todo ello en zonas marginales y periféricas de
la ciudad. De esta forma el Voluntariado Social genera y canaliza toda la
fuerza social existente para que no se desperdicie, promueve la solidaridad a
través de la participación de los voluntarios, y desmitifica la eficacia de
la técnica como solución de todos los problemas.
En Burgos.- Es de justicia hacer referencia a la Obra
Social del Círculo Católico. Ahí están sus: 17 sindicatos, con la máxima
afiliación de Burgos; 1 constructora del Círculo con 960 viviendas en régimen
de alquiler al precio de 1.000 a 1.500 pts. mensuales (!!); 1 constructora de
la Caja con gran cantidad de viviendas en régimen de venta, previa concesión de
créditos blandos; una constelación de obras benéficas y asistenciales en toda
la provincia: 12 Hogares del Jubilado, una serie de bibliotecas; una red de
obras educativas con enseñanzas regladas y no regladas. No es una obra de la
Compañía; pero ha sido y sigue siendo la Compañía el alma y el corazón de la
Obra.
Y no se puede olvidar la labor y el
testimonio de las Escuelas Profesionales, en las que tan rica es
nuestra Provincia. Sería una injusticia grave no reconocer la aportación de
estas instituciones a la promoción de muchas generaciones de jóvenes,
sometidas antes (ahora ya menos, gracias a Dios) a una discriminación cultural
inadmisible. Promoción no sólo en sus orígenes, cuando el aliento social y el
testimonio evangélico eran nítidos, acogiendo al hijo del minero y del emigrante
en la Fundación Revilla-Gigedo de Gijón; a los hijos de los fusilados en las
Escuelas Cristo Rey de Valladolid; a los hijos de los ferroviarios en Miranda
de Ebro... No sólo en estos orígenes tan evangélicamente limpios sino también
en su trayectoria histórica, y en su presente,
pese a la costra institucional que hace a veces pastoralmente opaca su
mediación apostólica.
Las comunidades de este subsector
están insertas en diversos medios populares de Vigo, Gijón y Valladolid, como
instrumento esencial de inculturación, y abiertas a jesuitas que se dedican a
otras actividades pastorales o educativas.
Este área apostólica está coordinada
por el P. Miguel Angel Tocino en lo referente a
M.O-Marginación-Inserción, y por el P. José María Vaca, Coordinador del
Apostolado Social de la Provincia.
3.1.5 Subsector de Medios de
Comunicación Social.
Los M.C.S. son un medio de
apostolado de enorme capacidad e influencia cultural en la sociedad actual. Los
que existen en la Provincia de Castilla tienen objetivos de gran interés, una
notable incidencia y son permeables a la colaboración de otros no jesuitas y
de seglares.
A. La revista PADRES Y MAESTROS, que
radica en La Coruña, está especializada en los campos de la pedagogía y educación,
y va dirigida a los docentes y a los padres de familia, en colaboración e
integración con el Sector de Educación. Por la diversidad de sus actividades
es algo más que un medio de comunicación social.
Entre sus publicaciones, se editan
10 números al año de la revista, con una difusión de 3.000 ejemplares.
"Prensa Didáctica", en colaboración con 5 periódicos españoles
publica todos los miércoles un suplemento didáctico de 8 páginas, con noticias
de interés para el mejor desarrollo y actualización del curriculum escolar y
está integrada en el programa nacional de "Prensa en la Escuela",
del que PyM ha sido el primer impulsor desde 1977.
PADRES y MAESTROS, como movimiento
pedagógico, nace en 1965 en el Colegio de Sta. María del Mar; crece y se
desarrolla en el Colegio y en él le dieron vida y participaron profesores, administrativos,
padres y alumnos del Centro. En mayo de 1978 se constituye como sociedad
anónima con el fin de obtener una personalidad jurídica propia representativa
ante entidades con las que pueda realizar contratos. La Compañía de Jesús es
socio al 50 % y el otro 50 % pertenece a un grupo de seglares interesados en
los temas educativos y pedagógicos.
B. ECCA-GALICIA y ECCA-TORDESILLAS
trabajan en el campo de la cultura popular, como instrumento radiofónico desde
sus emisoras de Vigo y Tordesillas, aunque no sólo como cadena de enseñanza
sino como ayuda a la inculturación en Galicia y Tierra de Campos, a la
promoción social y agrícola, y a la
relación fe-cultura. Trabajan en ECCA 3 jesuitas.
Radio ECCA-Tordesillas ha comenzado
a emitir este mismo curso y se encuentra en período de despegue. En cambio
ECCA-Galicia, con cinco años de existencia tiene matriculados 4.500 adultos, de
los cuales 2.500 en el curso de graduado
escolar; el resto en aula abierta (inglés, gallego, contabilidad, cultura,etc.).
El profesorado está formado por una plantilla de 23 subvencionados por la
Consejería de Cultura de la Xunta de Galicia, más 176 colaboradores.
La cifra de audiencia contrastada
por el Estudio General de Medios es de 40.000 personas en La Coruña, Ferrol,
Lugo, Monforte, Pontevedra y Vigo.
Ultimamente la Radio Televisión
Gallega ha galardonada a ECCA-Galicia con el primer premio de medios de
comunicación con ocasión del Día Mundial de la Salud por la labor realizada en
los temas de salud (drogodependencia, alimentación natural, estimulación
precoz) emitidos para la población gallega.
C. La revista EL PROMOTOR, editada
en Palencia, es un medio de gran alcance y servicio a la religiosidad popular,
con una tirada de 175.000 ejemplares en cada uno de los 11 números anuales y
llevada con un reducidísimo equipo de 2 jesuitas: el H. Laurentino Rueda,
al frente de la obra durante 36 años, y el H. José Manuel Núñez, que
lleva en ella 23 años como administrador. Además publican anualmente un
calendario, con otra abundante tirada de 225.000 ejemplares.
"El Promotor de la devoción a
la Sagrada Familia" pertenece a la Compañía desde el 1948, año en que
murió su fundador, el sacerdote secular palentino D. Valeriano Puertas Nava,
que tenía gran afecto a los jesuitas y que había fundado la publicación en
1896. Entonces era una octavilla muy modesta que acompañaba a la capilla que
pasaba de casa en casa por los pueblos.
El excepcional crecimiento y
expansión de esta obra se debe en buena parte al sistema de
"corresponsales": son cerca de 5.500 personas, repartidos por los
pueblos de España, que se encargan de repartir la revista y cobrar la
suscripción (150 pts. al año!!!), con lo que se ahorra en portes y se gana en
cercanía y familiaridad con los suscriptores de todas las autonomías españolas.
D. La EDITORIAL SAL TERRAE, con
sedes en Santander y Valladolid, tiene por objetivo la formación teológica,
pastoral y espiritual, según la orientación teológica que se fundamenta y
brota del Concilio Vaticano II y de las últimas Congregaciones Generales de
la Compañía de Jesús. Presta especial atención a las relaciones
fe-increencia, fe-justicia, fe-cultura, y al tratamiento y divulgación de la
espiritualidad de la Compañía.
Sal Terrae desarrolla su misión
mediante la edición de libros y la publicación de las revistas "Sal
Terrae" de teología pastoral, "Homilética", revista de predicación
litúrgica y "Catequética", con materiales y recursos pastorales.
Los principales destinatarios de
esta editorial son los agentes de pastoral, sacerdotes o laicos que van
creciendo en la personalización de su fe y en la asunción de responsabilidades
eclesiales.
La Editorial, en los 5
últimos años, ha publicado: 146 títulos nuevos y 127 reediciones. En total
273 títulos, con una media de 54,6 libros/año, es decir, 1 por semana.
La revista "Sal Terrae"
tiene 4.154 suscripciones, más alrededor de 350 ejemplares vendidos en
librerías, con un incremento de 70/80 suscripciones/año. "Catequética"
está en las 3.031 suscripciones y 400 ejemplares en librerías. "Homilética" tiene 4.414 suscripciones y unos 900
ejemplares de venta en librerías, con un incremento de 300 suscripciones
desde su nueva época.
El reducido equipo de 4 ó 5 jesuitas
que trabaja en Sal Terrae tiene un contacto real con la acción pastoral y una
concentración de medios en todo lo relacionado con la fe y con la formación
humana desde la perspectiva cristiana.
He aquí, pues, otro subsector con
cuya vida y funcionamiento está comprometida la Provincia. Resulta ilusionante
ver que no faltan jóvenes capaces y dispuestos a enriquecer los equipos existentes
y recoger, llegado el caso, el testigo. El P. Gregorio de Pablos es el
coordinador de los M.C.S.
3.2
Sector de Pastoral Juvenil y Vocacional
El trabajo con la juventud
constituye en este momento una de las prioridades fundamentales de nuestra actividad
apostólica, porque es éste uno de los sectores más amenazados e indefensos de
la sociedad actual. La orientación y el acompañamiento de los jóvenes es una de
esas apremiantes necesidades apostólicas que surgen en nuestro entorno en los
umbrales del año 2.000.
En la Pastoral Juvenil confluyen
múltiples ámbitos de acción: Parroquias, Residencias, Centros Educativos,
Colegios Mayores y Menores, etc. Este estilo de hacer pastoral es un objetivo
apostólico, no sólo por el valor que en sí mismo encierra la colaboración,
sino por una exigencia de economía y rentabilidad apostólica y del que
derivará una acción unitaria en la misión apostólica de la Provincia.
Además del trabajo pastoral
realizado con los alumnos de nuestros centros educativos, parroquiales u otros
ámbitos estructurados de encuentro con la juventud, como los Grupos Scouts,
los MSM, etc., en la Provincia de Castilla la atención a los jóvenes gira en
torno a los Centros Loyola de Pastoral Juvenil; estructura que ha ido
surgiendo con fuerza en los 10 últimos años, que es ya una realidad muy
lograda y que constituye uno de los
nervios del sistema apostólico de la
Provincia.
Estos centros son plataformas de
pastoral juvenil y vocacional, que, mediante un equipo de jesuitas pertenecientes
a otras obras de la Compañía en cada ciudad, ofrecen una atención cualificada
a los jóvenes que deseen profundizar personal y comunitariamente en su fe, en
orden al discernimiento de su vocación cristiana.
Los destinatarios de los Centros
Loyola de Pastoral Juvenil son, preferentemente, jóvenes de nuestros centros
educativos (a partir de BUP, FP1), exalumnos y otros jóvenes que lo deseen. En
ellos se incorporan progresivamente seglares como ayudantes, monitores e,
incluso, coordinadores de esta pastoral.
Hasta el momento son ocho los
Centros Loyola que existen en la Provincia: Vigo, Gijón, Oviedo, Santander,
Burgos, León, Valladolid y Salamanca; y comienza a despegar otro en La Coruña,
en el que confluyen los universitarios del Centro Fonseca y los grupos
provenientes del Colegio de Santa María del Mar. En ellos se van creando
grupos, orientados a la formación e integración en Comunidades de Vida
Cristiana (CVX), como seguimiento del proceso catecumenal y de las "convivencias"
que se realizan en los centros educativos.
No sólo hay reuniones de reflexión y
revisión de la vida en grupo. La realización de compromisos apostólicos
acomodados a su edad y grado de madurez, que comporten una confrontación
fe-justicia, tiene gran importancia y presencia en los Centros Loyola.
Compromisos de atención y ayuda a marginados (voluntariado social, campañas,
etc.), de colaboración en catequesis parroquial y de presencia en el medio
profesional (universidad o trabajo), son donde los jóvenes realizan lo
descubierto en los grupos de revisión.
La experiencia culmen, a la que se
orientan los otros medios de formación (catecumenado, eucaristía semanal,
convivencias, campos de trabajo, etc.) son los Ejercicios desde los que se
discierne la vocación cristiana y su seguimiento.
He aquí algunos datos, del curso
1989-90, que muestran la vitalidad del sector:
- GIJON: 5 Comunidades en
proceso de formación: 43 universitarios y 4 precomunidades de BUP/COU: 65
jóvenes.
- OVIEDO: 5 Comunidades en
proceso: alrededor de 40 universitarios y 2 precomunidades BUP/COU: 40
jóvenes.
- BURGOS: 5 Comunidades con 60
Universitarios y 7 precomunidades y grupos BUP/COU: 80 jóvenes.
- VIGO: 6 Comunidades: 60
universitarios y precomunidades de COU: 53 estudiantes. Precomunidades y
grupos de BUP: 126 jóvenes.
- SANTANDER: 1 Comunidad con
unos 15 universitarios.
- LEON: 1 Grupo-precomunidad:
alrededor de 15 universitarios y 2 precomunidades y grupos BUP/COU con unos
30 bachilleres.
- VALLADOLID: 18 grupos, 190
universitarios y 4 grupos más de BUP/COU: 60 estudiantes.
- SALAMANCA: 6
grupos-precomunidades: 100 Universitarios.
A estos grupos, precomunidades y
comunidades hay que añadir otras organizaciones, muy similares por su espíritu
y estructura y que frecuentemente viven en estrecha relación con los Centros
Loyola:
- GIJON, Centro Vanguardia: 3
Grupos con 35 universitarios y 3 grupos de BUP/COU: 45 estudiantes de
Bachillerato.
- BURGOS, Hogar Santa María: 1
Comunidad CVX: 60 miembros.
- VIGO, Montañeros Sta. María:
1 Grupo: 40 Universitarios.
- VIGO, Grupo LUA: 4 Grupos:
53 jóvenes.
En total, unos 80 grupos que reúnen
a más de 1.200 jóvenes; de ellos, 660 son universitarios o similares, agrupados
en 50 comunidades y precomunidades; el resto, unos 560, son estudiantes de los
últimos cursos de Bachillerato formando alrededor de 30 agrupaciones. Seis
centenares largos de universitarios con sus Ejercicios anuales; más de
quinientos Bachilleres y COUs con sus Convivencias periódicas; y todos, con sus
reuniones semanales, sus revisiones, sus compromisos apostólicos.
Es en este punto donde enlaza
específicamente la pastoral vocacional, con un plan claramente estructurado,
para aquellos jóvenes que han expresado su deseo de entrar en la Compañía de Jesús
y reúnan las condiciones mínimas de edad, madurez y experiencia de relación
con Jesucristo y de cierto conocimiento de la Compañía. Son los prenovicios.
Los pilares del prenoviciado son la oración personal regular y programada, el
acompañamiento espiritual, personal y en grupo; los compromisos con realidades
de increencia, injusticia o marginación; el conocimiento de la espiritualidad y
modo de proceder de la Compañía; las Convivencias del prenoviciado como medio
de confirmación de la decisión tomada. Y todo esto vivido en su medio natural,
sin sustraer al prenovicio de su ambiente cotidiano de familia, estudio o
trabajo, grupo o comunidad cristiana. El prenoviciado está sustentado en el
trabajo de seis jesuitas de la Provincia, que aportan su colaboración en las
distintas etapas del proceso indicado.
Esta ingente tarea de pastoral
juvenil y vocacional está llevada por un equipo de jesuitas, desgraciadamente
no muy numeroso -no llegan a dos docenas- que desarrolla su misión desde otras
plataformas y trabajos jesuíticos, coordinado por el Delegado del P.
Provincial, P. Javier Vázquez de Prada, y por el P. Jorge L. Vázquez,
en lo que se refiere a la pastoral vocacional.
3.3
Sector de Educación
A lo largo de su generalato, el P.
Kolvenbach ha hablado con mucha claridad e insistencia acerca de la
importancia del ministerio de la enseñanza. Son de destacar, por su ámbito universal,
las palabras que le dedica a este apostolado en el discurso sobre el Estado de
la Compañía, en la Congregación de Provinciales (Loyola, septiembre de 1990): «Abandonar
el ministerio de la educación equivaldría a abandonar la evangelización del
mundo. Tal vea más que en otros ministerios, en este se trata de un trabajo de
fe. ¿No es esta la razón por la que el peregrino Ignacio fundó los Colegios?
Nuestro ministerio de la educación, ya sea formal o no, es un elemento esencial
de nuestro ministerio de evangelización del que tiene necesidad la Iglesia de
hoy. En el mundo en que se enfrentan ideologías de izquierda y de derecha -no
dejando los sistemas de valores lugar alguno ni al humanismo integral ni a la
trascendencia- y las estructuras de opresión, las instituciones jesuíticas
tienen que jugar un papel crítico en la batalla por la formación de los
espíritus y de los corazones durante los años de la adolescencia que son
frecuencia decisivos para la adquisición de valores básicos».
En la Provincia de Castilla, por las
obras que engloba y por la cantidad de jesuitas que ocupa, es el sector de más
volumen. Está compuesto por instituciones de enseñanzas medias y
universitarias o parauniversitarias. Entre las primeras se cuentan quince:
1. Centro Educativo de "La Merced y San
Francisco Javier" de Burgos: 2.254 alumnos.
2. Colegio de "Santa María del Mar"
en La Coruña: 1.974 alumnos.
3. Colegio de la "Inmaculada" en
Gijón: 1.731 alumnos.
4. Escuela Profesional "Fundación
Revilla-Gigedo" en Gijón: 1.031 alumnos.
5. Colegio "Sagrado Corazón" de
León: 1.355 alumnos
6. Centro Educativo "Sagrado
Corazón" de Logroño: 2.493 alumnos.
7. Centro Educativo "Cristo Rey" en
Miranda de Ebro: 978 alumnos.
8. Colegio "San Ignacio" de Oviedo:
1.245 alumnos.
9. Colegio de EGB "P. Ferrero" en
Oviedo: 288 alumnos.
10.
Colegio de EGB "San Estanislao de Kostka" de Salamanca: 530 alumnos.
11.
Colegio "Kostka" de Santander: 440 alumnos.
12.
Colegio de EGB "San Francisco Javier" de Santiago de Compostela: 361
alumnos.
13.
Colegio "San José" de Valladolid: 1.911 alumnos.
14.
Centro Educativo "Cristo Rey" en Valladolid: 1.929 alumnos.
15.
Colegio "Apóstol Santiago" de Vigo: 2.141 alumnos.
A éstos hay que añadir 2 Colegios
Menores: el "San Alfonso Rodríguez" de Zamora, con 165 residentes y
el "Javier" de Salamanca, con 217.
Las instituciones universitarias
o parauniversitarias son seis: el Instituto Nevares de Empresarios Agrarios
(INEA), el Centro de Estudios Superiores Técnico-Empresariales (CESTE) en
Santander, la Escuela Universitaria de Trabajo Social y el Centro de Investigación
de Música Religiosa Española (CIMRE) de Santiago de Compostela, y los Colegios Mayores
"Menéndez Pelayo" y "Loyola" de Valladolid", y el
"San Agustín" de Santiago de Compostela.
El nacimiento del CESTE se debe a un
cambio de la estrategia apostólica de la Residencia de Santander. Todo
comienza con la quiebra de las asociaciones tradicionales que encuadraban
apostólicamente nutridos colectivos de la ciudad, sobre todo, adolescentes
("Kostkas") y jóvenes ("Luises").
La necesidad de reencontrar a estos
grupos para influir apostólicamente sobre ellos obliga a buscar nuevas
fórmulas. Así, la Congregación de Kostkas, sin desaparecer del todo, se va
cambiando en centro educativo -Filial "Díaz de Villegas", primero,
Colegio "Kostka", después- y en el Centro Cultural
"Kostka", con el cine como soporte principal. En esta misma línea se
busca una salida a la mortecina estructura de los "Luises" a través
de otra institución educativa: el
CESTE.
La ocasión para poner en pie el
complejo concreto del CESTE se debió a la peculiar coyuntura de la ciudad
santanderina, al talante universitario de la Compañía española en aquel
momento y al impulso nacional en determinados campos.
Coyuntura santanderina.- En el año 1965, año en que
nace la primera escuela del CESTE, no existían en Santander otros estudios
universitarios que los de la Escuela Superior de Ingenieros de Caminos, Canales
y Puertos, por lo que la mayoría de los jóvenes que querían cursar estudios
superiores tenían que emigrar. Valladolid y Oviedo, ciudades universitarias,
constituían densos enclaves estudiantiles de jóvenes montañeses. No obstante,
gran cantidad de ellos, por distintos motivos, quedaban en Santander y veían
truncadas sus posibilidades de continuar los estudios una vez terminado el
bachillerato. En esta situación, abrir un centro de estudios universitarios o
parauniversitarios se presentaba como una valiosa respuesta a una necesidad
social objetiva y, al mismo tiempo, como medio válido y útil de seguir en
contacto con grupos considerables de jóvenes.
Talante universitario de la Compañía.- Por aquel entonces surgen
con notable pujanza centros de estudios empresariales de notable prestigio,
siguiendo, en parte, las directrices de la Universidad de Deusto y adaptando
las orientaciones de las Escuelas de "Business Administration" de
origen anglo-americano: ICADE de Madrid, ESADE de Barcelona, ESTE de San
Sebastián, ETEA de Córdoba, CESA de Alicante... En este mosaico de centros
pretende inscribirse el CESTE.
Peculiar impulso nacional.- El desarrollo de los años
sesenta, hace nacer un amplio, rico y original mosaico de nuevas profesiones,
y la iniciativa privada, primero, y la estatal, después, instrumentan una serie
de carreras adaptadas a ellas. Ejemplo peculiar de estos estudios son las Escuelas
de Turismo, respuesta al "boom" turístico del momento.
Con este trasfondo los PP. Manuel
Gutiérrez Semprún y José Mª Bustamante ponen manos a la obra de fundar un
Centro de Estudios parauniversitarios cuyo punto focal fuese la empresa. Para
su proyecto recaban y consiguen el apoyo de empresarios santanderinos; de esta
colaboración nace, en 1968, el Patronato Montañés de Enseñanza como apoyo y
cobertura financiera del mismo Centro.
A partir de aquí se van
estructurando las diversas Escuelas: Escuela de Turismo Altamira (1965), la
Escuela Superior de Dirección de Empresas (1966), la Escuela de Secretariado
Internacional (1968), Mandos Intermedios, Laboratorio de Idiomas (1967) y
Escuela de Informática (1978).
En sus 25 años de existencia, el CESTE,
situado en "Los Molinucos", sobre la playa de "El
Sardinero", ha estado y está marcado por la evolución de la vida
universitaria de Santander. De 1965 a 1991 ha llovido mucho sobre la ciudad:
una Universidad entera, con diversas Facultades y Escuelas Universitarias. La
creación de una Facultad de Ciencias Empresariales obligó a cerrar la Escuela
Superior de Dirección de Empresas. Los estudios de Turismo, recientemente
incorporados a la Universidad, están en fase de reestructuración a nivel
nacional. La nueva Ley de Educación (LOGSE) condicionará la evolución de la
carrera de Informática y de Secretariado.
Cualquiera que sea su futuro, el
CESTE ha cubierto una etapa de la vida académica santanderina dando respuesta
a la necesidad cultural de un período concreto de la ciudad y apuntando a un
objetivo permanente y vital como es el de inspirar una visión humanista y
cristiana de la empresa y de lo empresarial.
La Escuela Universitaria de
Trabajo Social fue fundada en 1958 como centro privado de la Iglesia,
encomendado por el Arzobispo de Santiago a la Compañía de Jesús en su
responsabilidad técnica. Está adscrita a la Universidad de Santiago, que nombra
el Director y un Delegado para las evaluaciones. Administrativamente depende
de un Patronato compuesto por veinte personalidades de las cuatro provincias
gallegas. El Delegado del Patronato en la Escuela es el P. Francisco Gómez.
El objetivo de esta Escuela
Universitaria es formar trabajadores sociales con una preparación técnica y
humanista. La carrera consta de tres cursos, impartidos en las instalaciones
del Seminario Mayor de San Martín Pinario, al fin de los cuales, los alumnos
reciben el Diploma Universitario de Trabajo Social. Actualmente el número de
alumnos es de 300.
El CIMRE nació, como obra
apostólica de la Compañía, en 1976, por iniciativa del Provincial de León, P.
Angel Tejerina, a fin de dar una cierta consistencia jurídica y
administrativa a la biblioteca de musicología y música española que el P.
José López Calo había ido reuniendo a lo largo de su vida. Posteriormente,
en 1985, siendo Provincial de León el P. Avelino Fernández, se firmó
un contrato público y solemne con la Universidad de Santiago, por el que la
Compañía cedía el usufructo de la biblioteca y el archivo del P. López Calo a
la Universidad, a la muerte del propio P. Calo, o antes «si él y sus
Superiores de la Compañía de Jesús lo estimaren conveniente».
Se trata de una biblioteca altamente
especializada de más de 10.000 volúmenes, entre los que se encuentran un gran
número de ediciones antiguas, ejemplares rarísimos y aun únicos, manuscritos,
incunables, etc., así como las principales revistas musicológicas de todo el
mundo, a las que el P. López Calo está suscrito desde hace muchos años.
Particular importancia reviste su
archivo personal, con innumerables documentos transcritos por él a lo largo de
su vida dedicada al estudio de la música en las catedrales españolas y
extensos ficheros, en los que hay catalogadas más de 100.000 composiciones de
los archivos catedralicios españoles y unas 80.000 fichas biográficas de
músicos españoles, sobre todo de los que sirvieron en las catedrales.
Esta enorme riqueza documental y
bibliográfica es utilizada constantemente por musicólogos que vienen al CIMRE a
estudiar en él, y no solamente de Santiago y de toda España, sino también del
extranjero.
En números redondos, estas
instituciones educativas trabajan con un colectivo de 22.000 alumnos -pertenecientes a unas
19.000 familias-, 680 profesores, unos 50 no docentes administrativos y otro
centenar de personal de apoyo y de servicio. Los jesuitas implicados en este
Sector son alrededor de 200 Padres y Hermanos, con distintos niveles de
dedicación. ¡Todo un mundo!
El volumen de centros y el colectivo
de personas implicadas activa o pasivamente en él, dejan ver bien a las claras
lo que este sector tiene de peso institucional y de potencial pastoral. Difícilmente
podría reunirse un colectivo tan amplio, tan importante para la sociedad y
para la Iglesia como el que gira en torno a nuestras aulas.
En esta tarea educativa una novedad,
en parte reto y en parte realización es la incorporar seglares a los puestos
de dirección y responsabilidad, capaces de continuar la función evangelizadora
de nuestros centros educativos, en sintonía humana, espiritual y apostólica
con el espíritu de los colegios de la Compañía, cuya finalidad «no ha sido
nunca únicamente la adquisición de un conjunto de información y de técnicas
o la preparación para una carrera, aunque todas estas cosas sean en sí mismas
importantes y útiles para futuros líderes cristianos. El fin último de la
educación secundaria de la Compañía es, más bien, el crecimiento completo de la
persona, que conduce a la acción, una acción empapada del espíritu y la
presencia de Jesucristo, el Hombre para los demás». (Características de
la educación de la Compañía de Jesús, nº 167).
Para conseguir este reto, durante la
década de los 80, e impulsados por el importante documento del P. Arrupe,
"Nuestros Colegios hoy y mañana", se comienza a hablar de un nuevo
reto en el campo de la enseñanza: la Comunidad Educativa, dentro de un marco de
positiva utopía: una participación que no destruya la identidad jesuítica de
cada centro. Sin formar seglares en los ideales ignacianos nunca se podrá
llevar un Centro Educativo según los criterios y principios de la Compañía.
Teníamos que hablarles de lo más nuestro y de las raíces vocacionales que
motivan nuestro trabajo: Jesús y su Reino, vividos desde la experiencia de los
Ejercicios de San Ignacio.
Desde esta necesidad surge en
nuestra Provincia el primer grupo de Convivencias de profesores, en
marzo de 1983 y en la casa de Villagarcía de Campos. Será un movimiento vivo
desde esa fecha hasta noviembre de 1988, siempre en el mismo lugar, y con una
participación de un tercio de todo nuestro profesorado, a lo largo de las
sucesivas tandas. De jueves a sábado, el contenido que servía de pauta era
analizar, reflexionar, orar y dialogar acerca de: 1) Yo educador; 2) en un
Centro de la Compañía; 3) de Jesús.
En enero de 1986 se abre el período
de los Coloquios. Un grupo de colombianos, traídos por la Comisión
Nacional de Educación (CONED), imparte en Villagarcía de Campos el primer
Coloquio que se da en España. Desde ese momento nuestra Provincia comienza a
participar en ellos de una forma muy activa. Se constituye un amplio Equipo
Coordinador que atiende a las distintas demandas que surgen en un movimiento
que atiende no sólo a nuestras obras educativas, sino también a otros centros
asociados a la Federación Española de Religiosos de Enseñanza (FERE). Así se
van dando tandas en Villagarcía, Vigo, La Coruña, Oviedo, Gijón... Es en abril
de 1989 cuando se tiene el primer Coloquio II como respuesta a una
necesidad de más profundización para aquellos que ya han hecho el primero. A lo
largo de 12 tandas de Coloquios, han
pasado por ellos unos 300 profesores de nuestros centros, en su mayoría
seglares con algún jesuita.
Este amplio movimiento de
Convivencias y Coloquios dio paso, desde 1986, al Grupo de Educadores,
formado actualmente por unos 200 profesores que se reúnen una vez por
trimestre, rotando, por los distintos colegios, para irse formando en temas
ignacianos, cristológicos y teológicos, presentados por especialistas en cada
uno de ellos. Hasta el momento las
materias vistas han sido: el papel del laico en la Iglesia, la pedagogía en los
Ejercicios de San Ignacio, Eclesiología, Cristología, Antropología Teológica y,
para el próximo curso, Teología Moral. Los encuentros trimestrales y las
reuniones periódicas en cada centro van configurando la figura del laico
colaborador en las obras apostólicas de la Compañía.
Una novedad de este año ignaciano ha
sido la creación Escuela de Educadores, que ha impartido el I Curso de
Formación para Responsables de Funciones Educativas, en el Colegio Máximo San
Estanislao de Salamanca. Desde el 9 al 30 de enero, 43 personas de colegios de
la Compañía de España reflexionaron y compartieron sobre temas pedagógicos,
directivos y pastorales. Fue el comienzo de una empresa creativa, audaz y
cargada de esperanza en sucesivos cursos.
Estas son las formas concretas de ir
realizando la colaboración que el recientemente fallecido P. Pedro Arrupe
definía en 1980: «Colaboración significa que nosotros damos, pero que también
recibimos. Instruimos a los laicos en los valores humanos, en la fe, en nuestra
visión ignaciana, y debemos ser muy cuidadosos en seleccionar este laico que va
a trabajar con nosotros, en que sea capaz de compartir, o a lo menos, de
apreciar nuestra visión, pero nosotros también somos formados por ellos:
aprendemos. Aprendemos de la destreza, de la visión, de la experiencia y
hasta de la espiritualidad del laico que trabaja con nosotros». (Simposio
sobre la Segunda Enseñanza).
II UN CUERPO PARA LA MISION
1.
LAS PERSONAS QUE FORMAN EL CUERPO
Origen de las vocaciones a la
Compañia en la Provincia de Castilla. Los miembros que integran el
cuerpo para la misión que es la Compañía de Jesús en la Provincia de Castilla,
provienen, en líneas generales de aquellas partes en las que la Compañía
trabaja y en la que su presencia ha sido y sigue siendo ejemplo y modelo de
identificación para muchos jóvenes que han querido continuar el camino de
Ignacio de Loyola en el seguimiento de Cristo «pobre y humilde», «sumo Capitán
y Rey nuestro».
Los jesuitas que hoy componen la
Provincia de Castilla tienen un variado origen en lo que a regiones y ciudades
se refiere. Por autonomías, hay 78 gallegos, 73 asturianos, 389
castellano-leoneses, 38 cántabros y 25 riojanos. Los gallegos son 29 de la
provincia de Coruña, 20 de la de Pontevedra, 9 de la de Lugo y 20 de la de
Orense. Entre los asturianos hay 19 nacidos en Oviedo, 23 de Gijón y 31 del
resto del Principado.
De los 398 nacidos en la región
de Castilla y León, por provincias, León cuenta con 44 jesuitas, Zamora con 31
y Salamanca con 52. Los de Valladolid son 65, los de Palencia 70 y los de
Burgos 93. También hay vocaciones de las provincias en las que actualmente no
hay casas de jesuitas: 7 de Soria, 14 de Segovia y 13 de Avila.
Distribución de jesuitas por la
Provincia. Como se ha visto en las páginas anteriores,
no todos los jesuitas de la Provincia de Castilla trabajan en el territorio de
ella: muchos prestan su servicio fuera. En el presente curso hay en la
Provincia 556 jesuitas, de los que 28 lo son de otras. En Castilla y León hay
334, 81 en Asturias, 70 en Galicia, 25 en Cantabria, 19 en La Rioja y 27 en las
comunidades de estudiantes en Madrid. Por provincias civiles hay 39 jesuitas
en Coruña y 31 en Pontevedra, 37 en León, 5 en Zamora, 80 en Salamanca, 40 en
Burgos, 17 en Palencia y 147 en Valladolid.
2.
LA FORMACION DE UN JESUITA
Un jesuita no se hace de un día para
otro y, mucho menos, se puede compactar en poco tiempo un "cuerpo para la
misión". La Formación es un largo proceso, imprescindible, de crecimiento,
integración y personalización de todas aquellas dimensiones de las que vive y
con las que actúa apostólicamente el jesuita.
Desde San Ignacio hasta ahora, la
tradición de la Compañía, mediante la formación de sus miembros quiere
preparar un «instrumento» disponible que se deje regir bien por la voluntad
divina (Const. nº 813). Sólo en la medida en que el jesuita sea un
hombre unido a Dios será un hombre en misión. Esta unión con Dios lleva consigo
la progresiva transformación personal del candidato en miembro del Cuerpo que
contemplan nuestras Constituciones: «ser parte de la Compañía», encontrar «en
esta y con esta Compañía» su vida y recibir enteramente de ella su misión. (Formula
Instituti nº1; Const. nº 51).
La misión de la Compañía ha
sido reformulada en nuestros días como «el servicio de la fe y la promoción
de la justicia que la misma fe exige» (C.G. XXXII, D. 2, nº 2 y 9).
Es la aplicación actual de la Fórmula del Instituto y del carisma de San
Ignacio. Por ello, el proceso formativo de la Compañía tiene presente esta
opción decisiva de todo el cuerpo apostólico de la Compañía.
La Formación es un importante sector
de nuestra Provincia del que forman parte todos aquellos implicados en crear
hombres para la misión, instrumentos aptos para discernir los signos de Dios en
las criaturas y los acontecimientos, amándole y sirviéndole en ellos, haciendo
su voluntad.
2.1
La formación en cifras
En la Provincia de Castilla el
Sector de Formación ocupa un buen porcentaje del total de jesuitas que trabajan
dentro de nuestras fronteras. En el presente curso, 10 novicios y 46 Escolares
ocupan 5 comunidades de Formación dentro de la Provincia según la siguiente
distribución: Noviciado: 10; Juniorado: 13; Filosofía: 5; Magisterio: 8 (1 en
servicio militar); Teología: 15; Estudios Especiales: 5.
El servicio de Formación está constituido
por las personas que atienden las diversas comunidades de jóvenes en formación.
Son un total de 6 jesuitas y cuentan con el apoyo de otros 9 que colaboran en
las tareas de una comunidad de estas características. En total, entra
"agentes" y "pacientes", 65 personas se encuentran
implicadas en este importante sector cargado de futuro. Siendo el total de la
provincia de 648 jesuitas adscritos, el porcentaje resultante es del 10.03 %
del conjunto.
2.2
La formación en los documentos
Cronológicamente, es la carta del P.
General, Peter Hans Kolvenbach, de 28 de diciembre de 1988, referida al
período que va desde el Postnoviciado hasta el Magisterio, el documento más
próximo del que se dispone para trazar las líneas maestras de esta etapa de la
vida del jesuita. Pero a él hay que añadir el Orden Nacional de Formación
(ONF), aprobado por el P. General el 12 de septiembre de 1984, y promulgado el
31 de Julio de 1985, por el entonces Provincial de España, Ignacio Iglesias,
en un volumen que reunía entre su tapas el ONF, el ONE (Orden Nacional de
Estudios) y la Preparación para las Ordenes.
El ONE había sido promulgado en 1981
y era traducción de las "Normae Generales de Studiis" (1979) y
aplicaba la Constitución Apostólica "Sapientia Christiana". Del mismo
año 81 procedía también el Documento para la Preparación de Ordenes. Lo que
hacían estos documentos de la reciente historia de la Asistencia de España era acomodar
las directrices de las Congregaciones Generales XXXI y XXXII. La primera de
ellas dedica cinco decretos a la Formación. El Decreto 8 actualizaba las normas
de la III Parte de las Constituciones: «Del conservar y aprovechar en el
espíritu de los que quedaren». El Decreto 9 revisaba los Contenidos de la
IV Parte: «De instruir en letras y otros medios de ayudar al prójimo...»
Los Decretos 10, 11 y 12 se referían a la Tercera Probación e incorporación a
la Compañía.
Por su parte, la Congregación General
XXXII dedicaba el Decreto 6 a la Formación de los jesuitas, en especial la
apostólica, y a los estudios. Por último, la Congregación General XXXIII
refrenda los contenidos de las dos anteriores al tratar la Formación para la
misión en varios apartados de su primer Decreto: «Compañeros de Jesús
enviados al mundo de hoy».
3.
LAS ETAPAS DE LA FORMACION
3.1
El Noviciado
3.1.1 Los objetivos.
Según el Orden Nacional de
Formación, «el objetivo global del Noviciado es discernir la vocación ‑el
novicio y la Compañía juntamente‑ mediante un período de iniciación, probación
y formación, que la clarifiquen y confirmen».
«El Noviciado es un período de
iniciación teórica y experiencial en la vida espiritual, en la vida religiosa
y en el carisma mismo de la Compañía. Es también un tiempo de probación. El
candidato debe discernir si el camino que pretende seguir es realmente para el
la llamada el Señor a su vida. Conjuntamente con él, la Compañía discierne si
es apto para trabajar apostólicamente en ella, como Sacerdote o como Hermano».
«El Noviciado es la primera etapa de
un largo proceso de formación integral del candidato en las distintas
dimensiones que se desarrollan en este proyecto. Esta etapa culmina con la
incorporación a la Compañía mediante los votos del bienio. En ellos, el
novicio queda comprometido definitivamente con la Compañía y esta se obliga a
proseguir el discernimiento hasta la incorporación final».
El conocimiento de Cristo, de la
Iglesia y del mundo, de la Compañía y de sí mismo son las realidades cuya
integración fundamental se procura en el Noviciado. El Orden Nacional de
Formación lo expresa claramente:
«Conocimiento y experiencia de
Jesucristo: El novicio consolida su vivencia de fe, de manera que,
progresivamente, sus reacciones, ante las diversas situaciones, sean
'cristianas'. Avanza en el 'conocimiento interno' del misterio de cristo, de su
persona, de su obra, y de su 'sensus Christi' personal ayudándose de la
mediación de María, como rasgo específico de la espiritualidad ignaciana».
«Conocimiento del Instituto:
El Noviciado es el momento apropiado para conocer con profundidad el
conocimiento de nuestro carisma, nuestra historia, nuestras Constituciones.
No se trata de adquirir simplemente un conocimiento teórico, sino de contrastar
la historia y la espiritualidad de la Compañía con la propia vocación para
adquirir el 'sensus societatis' y una adhesión afectiva que ayude a crear en el
novicio un fuerte sentido de pertenencia»
«Conocimiento de la Compañía
actual: La vida comunitaria inserta al novicio vitalmente en la Compañía.
Se hace indispensable la vivencia de un grupo comunitario que acompañe a los
novicios en el proceso de maduración. Este grupo de jesuitas simbolizará la
nueva realidad a la que el novicio quiere y desea pertenecer. De aquí que los
jesuitas que viven en el Noviciado deben adquirir conciencia de su peculiar
misión en esa comunidad».
«El trabajo y el contacto con otros
grupos de jesuitas de la ciudad y de la Provincia será también conveniente para
la integración en el cuerpo apostólico de la Compañía. Con este contacto, el
novicio adquirirá el sentido pluralista de nuestra vocación, conocerá la
riqueza de los hombres que componen este cuerpo, incluso sus limitaciones y
sobre todo, empezará a compartir el mismo espíritu que alienta a todos a vivir
una misma vocación».
«Sentido de la Iglesia y del
mundo: La Compañía está al servicio de la Iglesia y, en virtud de nuestro
carisma, en especial disponibilidad para recibir del Papa la 'misión', participando
así de la misión de Cristo».
«Ya desde el Noviciado el jesuita se
forma en este espíritu eclesial de prontitud para colaborar con el Papa, los Obispos, sacerdotes,
religiosos y miembros de la Iglesia, y de solidaridad con ellos. Ama a la
Iglesia como es y se compromete con ella, en el espíritu que nos enseña San
Ignacio en las reglas para el sentido verdadero que en la Iglesia militante
debemos tener».
«El Concilio Vaticano II ‑cuya
puesta en práctica es tarea que nos ha sido encomendada especialmente‑ y las
Congregaciones Generales XXXII y XXXIII nos dan una visión de la Iglesia comprometida
con el mundo al que Dios amó hasta entregar a su propio Hijo».
«Conocimiento de sí mismo: El
Noviciado constituye un momento privilegiado para la reflexión y el
conocimiento propio, sin el cual es imposible construir una vida. El novicio ha
de valorarse en su justa medida, conocer sus talentos, sus afectos desordenados,
su propia realidad y la historia de su propia salvación. Ha de crecer en
libertad y responsabilidad personal, en equilibrio afectivo, en capacidad de amor y de amistad, de diálogo y
de comprensión».
«Este crecimiento no se efectúa sólo
ni principalmente a través de la introspección, sino también en la relación y
en la confrontación consigo mismo, con la comunidad, con la acción y con el P.
Maestro».
3.1.2 Las actividades
Nuestro Noviciado -San Francisco de
Borja- está en Valladolid. A las siete de la mañana da comienzo la jornada y
tendrá por inicio un rato largo de oración que, junto con su correspondiente
examen, ocupa desde las 7,30 a las 8,40. Le sigue el desayuno y un tiempo
dedicado a los servicios de limpieza y mantenimiento del edificio del Noviciado.
De 10, a 11,30 tienen lugar los correspondientes cursos de formación, seguidos
de media hora de descanso y un tiempo de estudio personal que, dos días a la
semana, es sustituido por un recreo. A las 13,45 se realiza el examen del
mediodía, que vendrá seguido por la comida y el descanso.
A las cuatro de la tarde vuelve el
Noviciado a ponerse en marcha, con dos horas dedicadas también a cursos de
formación. Un rato de descanso, da paso, a las 19,00 a un tiempo en el que se
suceden la lectura espiritual, la oración y la Eucaristía. Tras la cena, a las
21,00, el día se remata con un descanso y el examen de la noche a las 22,45.
A lo largo de los días se van
desgranando los distintos cursos y experiencias. El año primero de
Noviciado tienen los novicios una introducción del Antiguo y Nuevo Testamento,
un curso sobre la Teología de la Vida Religiosa y otro de Historia de la Compañía.
En lo que a formación en la espiritualidad ignaciana se refiere, los novicios
de primero ven la partes Primera, Segunda y Tercera de las Constituciones y la
Autobiografía de San Ignacio. Completan este programa con estudios de Latín,
Lectura y Oratoria. El P. Maestro, Albino García, y un equipo de
jesuitas colaboradores se encargan de las lecciones.
Cristología, Sacramentos e Iglesia
son los temas teológicos del segundo curso de Noviciado. También se ven las
restantes partes de las Constituciones, así como los ya mencionados cursillos
de Historia de la Compañía. La identidad del jesuita es tratada mediante textos tales como: "Inspiración
Trinitaria del Carisma Ignaciano", "La misión, clave del carisma
ignaciano", "La disponibilidad como actitud fundamental",
"Contemplativos en la acción", "Fe y justicia" (Decreto 4º
de la Congregación General XXXII), o el curso sobre los Votos religiosos.
Latín, Inglés, Informática, Mecanografía y Taquigrafía completan el plan de
cursos del Noviciado.
Las experiencias, repartidas
entre los dos años de Noviciado, son de suma importancia en la formación del
novicio. En el primer año, durante el curso, el Mes de Ejercicios, experiencia
fontal del carisma ignaciano; el Mes de Hospitales; el trabajo en ASPRONA con
deficientes psíquicos, y las catequesis en las parroquias y pueblos cercanos.
Durante el verano, los novicios de primero colaboran en las enfermerías,
cocinas u otras dependencias de nuestras comunidades, participan en
convivencias de pastoral juvenil en Salamanca, y trabajan con los presos de la
cárcel de Burgos.
Las experiencias del segundo año
son, durante el curso, la catequesis, la colaboración con las convivencias juveniles
de nuestros centros educativos y la experiencia de comunidades, un momento
oportuno de probación para el novicio que, viviendo durante un mes en alguna
de nuestras comunidades, puede realizar una satisfactoria síntesis entre el
ideal y la realidad. En el verano son más variadas: Camino de Santiago, con
jóvenes de nuestros centros pastorales; convivencias con los prenovicios en
Zamora; colaboración en Residencias y en la Casa de Ejercicios de Villagarcía,
y trabajo con drogadictos en el "Proyecto Hombre" de Bilbao.
3.2
El Juniorado
En el presente curso se cumplen once
años de la existencia del Juniorado de Salamanca en su actual configuración.
Los orígenes se encuentran en octubre del año 1979, cuatro años después de que
se creara el nuevo Noviciado de Valladolid, al cual quiso ofrecer la
continuidad de las estructuras de Formación. Ya que se había compartido la
refundación de un Noviciado tras los duros años de las crisis vocacionales,
las antiguas Provincias de Castilla y de
León decidieron continuar su colaboración en esta nueva casa.
Previamente a este nuevo
emplazamiento, los recién aprobados Escolares acudían al Colegio Menor de
Salamanca, los de León; o al piso de Cascajares (Valladolid), los de Castilla.
Los primeros fueron acompañados por el P. Laureano Cuesta y los segundos
por el P. Ismael García.
Dada esta etapa intermedia, el
actual Juniorado de Salamanca se establecía en discontinuidad con el Juniorado
de San Estanislao, que había desaparecido a finales de los sesenta.
La antigua Casa de Ejercicios fue el
lugar escogido para esta nueva época. Era un ala del pabellón norte de la casa,
habitable sin apenas necesidad de obras estructurales y vacía después de haber
sido habitada durante un tiempo por la Casa Sacerdotal Diocesana. Tres han sido
los Rectores que el juniorado ha tenido durante estos tres años: P. Jesús
Díaz Baizán (1979‑1982); P. Inocencio Martín Vicente (1982‑1988); P.
Luis María García Domínguez (de 1988 a nuestros días).
El número de juniores ha variado
notablemente de año en año, dependiendo del grupo de novicios que pasaban a
esta etapa. Llegado el año 84, en el que el número de juniores se incrementó
hasta veintiséis, se abrió una segunda fase del mismo Juniorado, conocida por
Juniorado II (J2), con la finalidad formativa, no sólo de desahogar la
congestión del J1, sino también de dar un ritmo diferenciado a los juniores del
tercer curso. Inaugurado en octubre de 1986, estaba situado en el ático del
Colegio Menor Javier, siendo responsable del mismo el Rector del Juniorado y
con un responsable "in situ", el P. José Luis Pinilla. Tal
fórmula tuvo su final en octubre de 1989, al disminuir el número de juniores,
pero todavía permanecen tres Escolares (antiguos juniores) en aquella
comunidad.
Actualmente, el Juniorado lo forman
diez juniores distribuidos en cuatro cursos. En su mayoría comienzan la
carrera de Filosofía en la Universidad Pontificia de Salamanca. Algunos
cursan otras especialidades como Filología (hispánica y trilingüe), Historia o
Profesorado de EGB. Además del Rector, completan la comunidad un Hermano,
indispensable cocinero y comprador; un veterano Padre especialista en
Ejercicios; el Delegado Provincial de Pastoral; un joven sacerdote que, al
tiempo que termina sus estudios de pedagogía, desempeña la importante tarea de
Ministro, y otros dos jesuitas más.
3.2.1 Los estudios
«Pero se hizo estudiante, y
con el cartapacio bajo el brazo iba un día tras otro a escuchar los dictámenes
de los "maestros", y por las noches la luz del mísero candil le
acompañaba en sus repeticiones hasta caer rendido».
«No le habían podido las
bombardas, ni los ayunos, ni las cárceles, ¿le iban a poder los legajos y las
sentencias...? Estudió con ahínco, y cuando vio que no le podían dejar en paz
con las minucias de quienes no sabían ver en él al hombre de Dios, se puso de
nuevo en camino hacia París. A estudiar en pobreza, y a aprender con
lenguaje de hombres lo que ya sabía de memoria en la lengua de Jesús».
(Cristóbal
Sarrias, en "JESUITAS")
Siguiendo las indicaciones señaladas
en los textos programáticos de la Compañía, los estudios giran
fundamentalmente en torno al primer ciclo de Filosofía, según el Plan de la
Universidad Pontificia de Salamanca. Dicho plan se completa con otras materias
oficiales del segundo ciclo para facilitar la continuación de esos estudios en
la Universidad Pontificia de Comillas. Quienes realizan otros estudios, bien
por que los traigan iniciados ya o porque parezca oportuno que sean iniciados
ahora, cursan al menos el ciclo mínimo de Filosofía, más conocido por "preteológico",
de cara a los posteriores estudios de Teología.
Junto al programa de estudios
universitarios que cada uno de los juniores pueda tener, todos tienen alguna
otra materia fuera de la Universidad: idiomas modernos, en la Escuela Oficial
de Idiomas, a partir del segundo año de Juniorado; clases de lenguaje, lectura
y redacción, los de primero; clases particulares de lenguas clásicas en algunos
casos; etc.
3.2.2 Vida espiritual
Brevemente; la vida espiritual es lo
que da sentido a todo lo anterior. El
junior ha de personalizar y hacer suyo todo cuanto ha vivido y aprendido a lo largo de la cualitativa
y cuantitativa experiencia del Noviciado. La formación espiritual pretende
formar al hombre del discernimiento en lo pequeño y cotidiano, capaz del
encuentro con Dios en la oración y en la acción.
Piezas importantes de esta formación
espiritual son la oración personal y el examen cotidiano, la Eucaristía
comunitaria y el acompañamiento personal frecuente con el P. Rector, auténtico
instrumento de autoconocimiento y aprendizaje de discernimiento espiritual.
Objetivo importante del Juniorado es el de responsabilizar a cada uno de su
propia formación espiritual, de su respuesta personal a la vocación que ha
recibido. Por ello tiene gran importancia el proyecto personal que cada uno
elabora y el compromiso con el mismo, como un medio de autoevaluación.
Los Ejercicios anuales se cuidan
especialmente, de manera que se hagan con buenos conocedores de esta riqueza
ignaciana y en régimen de experiencia personalizada. Así es como resultan un
momento privilegiado de confrontación de su vida, y de confirmación y
revisión de la marcha personal.
El triduo de renovación de Votos, en
Pascua, y los retiros comunitarios (Adviento, Cuaresma, Pentecostés...) ayudan
también a que la experiencia personal se vaya consolidando. Se procura,
dentro de esta dinámica, que haya algún cursillo de espiritualidad ignaciana
(Navidad) para que así no se pierda el contacto con nuestras fuentes.
3.2.3 Vida Comunitaria
Dícese que la vida comunitaria es,
necesariamente, menos "jugosa" que en el período anterior (y así lo
constata el P. General en su carta). El junior debe estar más tiempo
sólo, en parte por necesidad de su programa personal de estudios y en parte por
la necesaria dispersión de la nueva vida. Pese a ello, la comunidad tiene sus
momentos comunes de encuentro más formal: Eucaristía diaria, reuniones
semanales por curso, reunión de toda la comunidad, servicios comunitarios,
deporte... Y, por supuesto, otros momentos de encuentro más informal que ayudan
no menos que los primeros y se viven al hilo del diario ritmo de comidas,
sobremesas, descanso comunitario, excursiones, etc.
3.2.4 Formación apostólica
Siendo la intelectual la principal
actividad de este período, no es la única de las contempladas en todos los
documentos. En concreto la formación apostólica tiene lugar mediante la
participación en actividades de pastoral y en los trabajos previos y posteriores
de preparación y evaluación de dichas actividades.
De hecho, se colabora con nuestras
obras de Salamanca Colegio Menor Javier, Parroquia del Milagro, Centro Loyola‑CVX.
También con otras parroquias diocesanas, una rural y otra en un barrio
periférico de la ciudad, o con la Pastoral Universitaria Diocesana y un grupo
juvenil de religiosas.
Una presencia variada y apropiada a
las necesidades de cada uno que ofrece la oportunidad de trabajar en equipo, a
enfrentarse personalmente a algunos retos y, en definitiva, a ejercitarse como
futuro apóstol. La distribución adecuada de horarios para cada dedicación
impide la interferencia con otras necesidades ineludiblemente presentes en la
formación del Juniorado.
Otros momentos extraordinarios de
pastoral están constituidos por las colaboraciones en algunos grupos de
Convivencias de nuestros centros, así como la participación en Pascuas
organizadas por la pastoral de la Provincia u otros lugares.
3.2.4 Actividades de verano
Ya son habituales determinados
cursillos veraniegos específicamente organizados para este período de la
formación. La segunda quincena de Julio está ocupada por las jornadas dedicadas
a los Medios de Comunicación Social, que alternativamente se centran cada
año en los Pequeños Medios o en los Medios de Comunicación de Masas. No sólo
los juniores de nuestra Provincia son los destinatarios de esta experiencia,
sino que los Juniorados de Loyola y Portugal comparten esta cita anual
ofreciendo cada uno de ellos la posibilidad de diferentes sedes de la parte
norte de la península. El Equipo de Padres y Maestros, profesores de Audiprol y
colaboradores de Reseña, animan y dirigen académicamente las jornadas.
Asimismo han empezado a tomar cuerpo
los estudios de informática. Durante una semana de septiembre y con un
total de 30‑35 horas se va avanzando en este rico mundo de instrumentos del
trabajo académico, en concreto, que ofrece el ordenador; camino ya iniciado en el Noviciado.
Las experiencias de verano
son, a todas luces, momentos especiales de formación. En general, son
perseguidos varios objetivos: la formación pastoral, el conocimiento de obras
de la Provincia y ayuda en las mismas, inserción en medios y pastorales más
populares, etc. Creatividad y prudencia son los dos polos entre los que se
mueve la búsqueda de experiencias que enriquezcan positivamente a los
juniores. El exceso o carencia de la una o la otra pueden limitar en el
presente la oferta de trabajos, pero lo que se advierte de antemano es el
provecho que todo junior puede obtener en dichas experiencias.
En los últimos años se ha colaborado
habitualmente con algunas Residencias y Enfermerías de la Provincia; Radio ECCA
ha permitido las prácticas de nuevos locutores; algún grupo ha hecho
peregrinación; se ha colaborado con algún campo de trabajo juvenil; otros han
trabajado en el mantenimiento de la casa (pintura y obras); algunos han sido
profesores o tutores del curso de español para jesuitas extranjeros de
Salamanca. Por último, la salida al extranjero durante el verano para la
ampliación de los estudios de idiomas es planteada a partir del tercer curso.
Según las propias palabras del P.
General, «el recuento de cuanto se pide en nuestros documentos ‑para
esta etapa‑... puede dar la impresión de una sobre carga... difícil de evitar»
para el escolar con sus votos de bienio recién hechos. Por eso el Juniorado
resulta en su conjunto una época bastante ocupada, abierta a muchas posibilidades,
en la que se pretende integrar (a veces en difícil tensión), por una parte la
llamada de horizonte universal y apertura que la Compañía presenta y, por
otra, la necesaria personalización de una respuesta que se fragua en lento
trabajo de estudio, discernimiento y oración.
3.3
Magisterio
El Magisterio es la etapa,
normalmente antes del estudio de la Teología, en la que durante 1 o 2 años el
joven jesuita -el "maestrillo"- se dedica a la acción apostólica en
las obras de la Compañía. Para él «es un tiempo de formación y de prueba; de
conocimiento experiencial de la Compañía activa, de sus misiones concretas y
de la Iglesia concreta a la que la Compañía sirve; de conocimiento de sí mismo,
de sus cualidades y limitaciones en el campo de la acción, de su
responsabilidad y capacidad de trabajo en equipo, de inserción en obras y
comunidades reales de la Compañía, de su iniciativa apostólica; de su
integración entre la acción apostólica y la vida espiritual; de maduración
psicológica y afectiva» (ONF). Con cierta frecuencia esta experiencia se
hace también en Países del Tercer Mundo, de primera evangelización o de
población no creyente.
Hoy, en la Provincia de Castilla,
hay 7 maestrillos. De ellos, 6 están en obras educativas (Colegios de Gijón y
Vigo y Escuela Profesional de Gijón), y uno trabaja en los campos de
refugiados en la frontera de Thailandia con Camboya.
3.4
Teología
El estudio de la teología es un hito
importante en la vida del escolar de la Compañía. En esta etapa se ponen las
condiciones para que el jesuita progrese «en el mayor grado posible en su
madorez humana, religiosa y apostólica, de tal manera que la opción por el
sacerdocio en la Compañía y la inserción apostólica en la Iglesia y en la
sociedad se concretan en una decisión cada vez más libre y convincentemente tomada».
(ONF)
El programa de estudios teológicos
para el jesuita es el fijado por la Santa Sede para todos los sacerdotes.
Además, la Compañía exige, al menos, la licenciatura, lo que ocupa no menos de
cinco años. Pero estos estudios no pueden hacerse sin una referencia íntima y
seria a los preocupaciones de la Iglesia y de la sociedad. El estudio de la teología capacita al estudiante jesuita
para un diálogo crítico entre la reflexión teológica y la cultura moderna,
entre la fe y los problemas reales que preocupan a los hombres que le rodean,
con una inquietud evangelizadora y misionera.
Nuestros estudiantes de teología son
15, de los que 4 siguen sus cursos en el extranjero: en Frankfurt (Alemania),
Belo Horizonte (Brasil) y Berkeley (California, USA). Todos los demás son
alumnos de la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid.
3.5
Tercera Probación
La Tercera Probación es la última
etapa de la formación en la Compañía. A partir de 1979 se pone en
funcionamiento estable en la Provincia, en el Colegio Máximo San Estanislao de
Salamanca. El Instructor será desde entonces hasta la fecha, el P. Angel
Tejerina. Está estructurada durante seis meses, en grupos de 12‑15
tercerones provenientes de diversas Provincias de la Compañía. Hasta el momento,
133 tercerones de 36 Provincias. Su actual forma tiene un notable grado de aceptación y
resultados muy satisfactorios.
3.5.1 Objetivos
Los objetivos que se buscan en la
Tercer Probación, como etapa de formación en la Compañía, están claramente perfilados
en las Constituciones.
A. «...acabada la diligencia y
cuidado de instruir el entendimiento, insistir en la escuela del afecto,
ejercitándose en cosas espirituales y corporales que más humildad y abnegación
de todo amor sensual y voluntad y juicio propio y mayor conocimiento y amor de
Dios Nuestro Señor puedan causarle: para que habiéndose aprovechado en sí
mismos, mejor puedan aprovechar a otros a gloria de Dios nuestro Señor». (Const.,
516)
B. «Que cada uno llegue a formar
la deseada síntesis de su formación espiritual, apostólica e intelectual»
(C. G. XXXI, D. 8, nº 45) intentada a lo largo de toda la formación,
especialmente en aquello que cada uno la sienta más débil.
C. Unificación de toda su
personalidad y reconciliación del joven jesuita con su pasado, consigo
mismo, con los demás y con el Señor.
D. «Tiempo de reconsideración y
de reflexión acerca de la obligación total del jesuita, que ya lleva muchos
años en contacto con la realidad de la Compañía viviente y operante». (Arrupe,
A. R. XV, 553)
E. «Sincera confrontación con la
Compañía de Jesús..., confrontación de su vida personal con la vida de una
Compañía que sin duda trabaja con deficiencias, pero que es movida por el
espíritu de Dios y desea realizar la misión que tiene en la Iglesia y en el
Misterio de Cristo». (Ibid.)
F. Serenar las primeras experiencias
apostólicas y ministeriales, una vez terminados los estudios y las
experiencias de la Iglesia en ellas y comprobar, por reflexión orante sobre
estas experiencias, el nivel personal de integración del esfuerzo humano y de
la acción del Espíritu en su vida, y con ello iniciarse experimentalmente en
el hábito de serenar periódicamente la actividad apostólica para darle cada vez
mayor calidad y hondura. (O.N.F., nº 60)
Para realizar esta finalidad, según
el Orden Nacional de Formación, es indispensable reservar un espacio
psicológico y un tiempo suficientemente largo y distanciado de las ocupaciones
y preocupaciones habituales, no inferior a seis meses seguidos, bajo la ayuda
de un experto en las cosas del Espíritu. Es un medio fundamental la abierta
confrontación de testigos que se produce en este encuentro.
La experiencia de Ejercicios durante
un mes, es un medio insustituible, al igual que el estudio de la Constituciones
y la profundización en los grandes temas de la espiritualidad ignaciana con
ayuda de expertos.
También combinar, en la forma más
adecuada, que respete, estimule y complemente los medios antes indicados, una
cierta "praxis" pastoral que "pruebe" la capacidad de
testimoniar a otros la propia vivencia espiritual, y complemente la experiencia
previa a tercera probación; por ejemplo, experiencia directa de situaciones de
injusticia y pobreza, dirigir Ejercicios, ayudar a otros en discernimiento, promover
experiencias de oración, confrontación espiritual con creyentes y no creyentes,
etc.
3.5.2 Plan de actividades
Los cursos, charlas y lecturas de
estos meses están divididos en tres bloques fundamentales:
I. PREPARACION Y MES DE EJERCICIOS: La
Autobiografía de San Ignacio, notas para la propia autobiografía, la biografía
juvenil de Iñigo de Loyola, formas, técnicas y métodos de oración.
II. DOCUMENTOS FUNDACIONALES DE LA
COMPAÑIA: Deliberación de los Primeros Padres, Bulas de Pablo III y Julio III,
Constituciones de la Compañía de Jesús, Diario Espiritual de San Ignacio,
Cartas de San Ignacio, Seminario para el estudio de los Ejercicios, la
relación de ayuda: "Forma de tratar y conversar con las gentes"
(Const. 814), la comunidad en la Compañía, Diario Intensivo (Ira Progoff),
como instrumento de reconciliación.
III. INSTITUTO Y CONGREGACIONES
GENERALES: Del Decreto IV (C.G. XXXII) al Documento único (C.G. XXXIII),
lectura en clave eclesial del Documento único (C.G.XXXIII), precisiones
sobre "nuestra misión hoy" (C.G. XXXIII), vida espiritual (C.G.
XXXIII), pobreza y administración de bienes, discernimiento comunitario,
niveles de obediencia al Sumo Pontífice, el Hermano jesuita, la Educación en
la Compañía (P. Arrupe, CC.GG. 32 y 33, P. Kolvenbach), Historia de la
Compañía.
*
* * * * * *
Hasta aquí está visión rápida
pero, a nuestro entender, iluminadora de la Provincia de Castilla en el año de
los Aniversarios Ignacianos. Como quedó dicho al comienzo de este capítulo, no
hemos pretendido hacer una exhaustiva descripción pormenorizada de todo, sino
únicamente dar unos brochazos impresionistas que, en su conjunto muestren
ágilmente los rasgos más significativos de esta parcela del cuerpo para la
misión que es la Compañía de Jesús.
Que, con la mediación de San
Ignacio, «el Espíritu que guió a la Compañía naciente, nos impulse a todos a
dar cuerpo a los desafíos de la espiritualidad ignaciana, que no cesan de
interpelarnos, a fin de que en las obras podamos "amar y servir en todo a
su Divina Majestad". Que Nuestra Señora de la Estrada nos acompañe a lo
largo de todo este año y de toda nuestra historia, en nuestro esfuerzo de
fidelidad a la gracia de nuestra vocación». (P. General, Alocución
final de la Congregación de Provinciales, Loyola, 26-IX-1990).
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